El sondeo de Metroscopia para El País, relativo a la Comunidad de Madrid, refleja la tendencia previsible del electorado madrileño, propia de cualquier sondeo. Y puede, que también, para otros electorados de España, con las salvedades nacionalistas de rigor, el repetido sondeo refleje una tendencia abierta e ¿imparable?Tendencia en la que, junto a la caída del Partido Popular de 72 a 54 escaños y la del PSOE de 36 a 30; se muestra el incremento significativo de Izquierda Unida y de UPyD. Y así IU es capaz de duplicar su apoyo e incrementar sus escaños, hasta los 29 parlamentarios, casi como los del PSOE; mientras que UPyD duplica sus apoyos electorales, pasando de 8 a 16 escaños.
Tendencia que algunos ya ven como el agotamiento del bipartidismo existente y gobernante o su profunda modificación. Y es cierto que, por las características de la sociología política y de la legislación electoral, la gobernación española se ha venido resolviendo básicamente desde esa bipolaridad de partido conservador y de partido progresista desde 1977. Contando a veces, con apoyos puntuales de las minorías nacionalistas.
En un principio, el polo conservador se desarrollaba en torno a la Unión de Centro Democrático y el polo progresista lo invocaba el Partido Socialista Obrero Español. Con aportaciones periféricas, tanto en lo geográfico (casos de los nacionalismos conservadores y centristas de PNV y CIU) como en lo político (con la izquierda del PCE y la derecha de AP). El agotamiento del modelo de UCD, se resolvió con el trasvase de la tendencia del polo conservador a la primitiva Alianza Popular, que se vería forzada a su refundación como Partido Popular, absorbiendo a sus coaligados anteriores PDP y Unión Liberal. Proceso de mayorías parlamentarias, que en resumidas cuentas, y alternancia de por medio, han venido protagonizando los diferentes gobiernos nacionales desde esa bipolaridad citada.
Ahora, y merced a la intensidad de la crisis económica que se prolonga más de los augurios indolentes primeros y de los ‘brotes verdes’ atisbados por la ex-vicepresidenta Salgado; asistimos a la erosión del modelo del bipartidismo y a un reparto de la tarta electoral más complejo de lo existente. Todo ello como constatación de las limitaciones del modelo y como prueba de la creciente desafección ciudadana a las presentes formas de ‘hacer política’.
Erosión y reparto del poder político, que no oculta un severo deterioro del modelo institucional del poder político en uso. Influido en parte, por la incapacidad de los partidos mayoritarios y realmente responsables, del fiasco económico. Responsabilidades derivadas, tanto del Gobierno, como de la oposición mayoritaria, que afectando a la economía nacional y al proceso de volatilización financiera, va camino de pulverizar del Estado de Bienestar. Y desde esta constatación, desde la que se produce la demanda de un cambio de modelo de reparto del poder político y una fractura de la hegemonía del bipartidismo.
El problema es si se elige «C» o «D» por eliminación, porque «A» o «B» han defraudado. La próxima legislatura nos acercaremos al sistema de pactos que se ha dado en Italia. Lo que nos hará pasar de un país mal gobernado a uno ingobernable.
El problema no son los partidos, es el modelo. Dirigiendo un país debe haber tecnócratas, no gente cuyo único aval es, en algunos casos, haber firmado el carné del partido.
Un saludo.
Es que creo que vamos al modelo italiano; que pese a la llamada refundación y a la desaparición de los viejos partidos (PCI, PSI, PL o DC), siguen en el mismo sitio. En nuestro caso, ahí quedan las experiencias del tripartito catalán y del homónimo vasco (que a veces se olvida, pero allí estuvo EB/IU junto al PNV y EA), para valorra la bondad/maldad de la fórmula.
Lo del gobierno técnico, a lo Monti, tiene enormes dificultades constitucionales e instrumentales. Y precisaría el visto bueno de los partidos afectado por el ERE que se porpusiera.
Algo parecido a la disolución del Consejo Nacional del Movimiento, desarrollada por Suárez, como encantador de serpientes. ¿Quien haría hoy el sortilegio, del harakiri?
¿Al modelo italiano…? Con una ley electoral que tiene como circunscripción electoral a la provincia, subrepresentadas muchas de ellas y , por tanto, repartiendo los pocos diputados entre los dos grandes partidos y tirando a la papelera los votos de los demás partidos, y con una Ley D,Hondt, la ley de ese gran matemático que vino a desmentir que dos y dos sumasen cuatro, no lo creo. Diría más, es imposible.
Cuando el río suena, agua lleva. Ahora la derecha mediática está que trina reclamando en sus medios la necesidad de crear «espacios de responsabilidad» para evitar esto de lo que habla el Sr Rivero. Pero qué responsabilidad tienen los responsables de los casos de corrupción más tremendos de la historia reciente de España???
Cierto es que IU en Extremadura y Andalucía tiene TODO por demostrar. Cierto es que Rosa Díez tiene su «aquel» y Toni Cantó su «madre mía» pero, nos quedamos con lo que tenemos?
Al PSOE y AL PP, a los que me gusta llamar PPSOE, se les está pidiendo por parte de la ciudadanía una refundación y que se afile la guillonitna de las primarias para que el «aparato» no siga regulando las mafias internas de poder, pero los partidos se enrocan en declaraciones en «diferido» a través de los plasmas.
Por lo tanto, los ciudadanos tenemos derecho a decir BASTA y a que todos esos de la «mamandurria» salgan por la puerta del humilladero y entren personas formadas y comprometidas con lo público.
Y si tienen que venir desde los partidos minoritarios, pues tendremos que darles paso. O ALGUIEN LES NIEGA EL DERECHO A EQUIVOCARSE POR VEZ PRIMERA DESDE QUE SE VOTÓ LA CONSITUCIÓN ESPAÑOLA VIGENTE?
Es cierto que el modelo italiano es jodido, que los modelos catalán y gallego son un ejemplo negativo pero ¿VALENCIA Y ANDALUCÍA con su bipartidismo de años han sido ejemplo de algo?
También es cierto que no podemos equivocarnos tal y como está el país pero VOTAR AL PPSOE ES UN ACIERTO ESTANDO LAS COSAS COMO ESTÁN? Por lo tanto, quien quiera votar a EQUO, IU o UPyD que lo hga pero que mire bien los CV de los candidatos para que luego no pueda decir que no sabía lo que hacía.
El río al que aludes, Blister, puede llevar muchos votos en sus aguas para los partidos que no son PPSOE, pero el sistema electoral vigente en nuestro país es el que es, con una ley que pone freno al reparto proporcional de escaños por culpa, fundamentalmente, de no tener a la región o incluso a la nación como circunscripción electoral. A Ciudad Real, por ejemplo, se le asignan cinco diputados tan solo y con esa escasez no se puede pensar que el partido de Rosa Díez o de Cayo Lara vayan a pillar escaño, podrán ampliar el botín de sufragios, pero difícilmente van a conseguir un diputado de entre tan pocos, cinco, en liza. Y la reforma de la Ley electoral se ha convertido en una entelequia. Los que pueden reformarla son los beneficiados y por tanto interesados en mantener el statu quo. Podrán crecer los minoritarios, podrán aumentar considerablemente el número de diputados gracias a las grandes provincias donde si hay más donde repartir. Pero los límites son los que marca la ley. Los ciudadanos pueden forzar no obstante, votando a otros partidos que no sean PPSOE, un bipartidismo imperfecto que permita tener a los partidos satélite un mayor peso en la toma de decisiones. Nada más, que no está mal. Por lo demás, a mí no tienes que convencerme de nada, yo voto siempre a un partido de los que no conforman el bipartidismo. La utilidad del voto, como proclama recurrente de los grandes cuando se ponen el mono de trabajo en campaña electoral , me la paso por el arco de triunfo.