Hoy no podíamos comenzar de mejor manera que parafraseando al Hamlet de Shakespeare. 23 de Abril, Día Internacional del Libro, promulgado por la UNESCO en 1995 y cuyo objetivo es el fomento de la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual. Porque aunque muchos se afanen en conseguir la cultura gratis (a todos los niveles) hay personas que, en vez de arreglar grifos y cañerías o construir edificios o curar al personal aquejado de diferentes dolencias, decidieron dedicarse a la pluma y el papel, a dedicar horas, meses e incluso años a escribir historias para que otros las disfrutemos. ¿Se merecen un sueldo como todo hijo de vecino? O… ¿les ponemos la etiqueta de bohemios y, con un par de monedas y un trozo de pan, van aviados? Qué manía tan tonta de ver a los escritores como seres atormentados, borrachos, míseros y con vidas poco salubres y, a la par, criticar su iniciativa por dedicarse a lo que les gusta, por conseguir hilvanar palabra tras palabra hasta conseguir una historia que haga soñar a los futuros lectores. Claro que hubieron épocas oscuras en los que se les tachaba de herejes e iban directamente a la hoguera, que hubo escritores beodos y de “mal vivir”, y que algunos se suicidaron presos de sus suplicios y bien… ¿todo esto forma parte del “carnet del escritor” o es algo innato del ser humano? ¿Existen carpinteros borrachos? ¿Carniceros con tendencias suicidas?… Entonces habrá que darle a cada uno lo que se gana y merece con el sudor de su trabajo diario.
Y dos de los escritores más fértiles que nos ha dejado la historia son, sin duda, Shakespeare y Cervantes, ambos fallecidos tal día como hoy pero del año 1616. Por ellos se eligió esta fecha conmemorativa aunque hay dudas más que razonables de que, ni uno ni el otro, fallecieron en la fecha citada. Cervantes lo hizo un día antes y Shakespeare, con el lío del calendario juliano y gregoriano, diez días después. Pero qué son unos pocos días si lo que se consigue, al final, es celebrar que la cultura forma parte de nuestras vidas. En un día como hoy, la gente se anima a regalar libros y rosas, a comentar pasadas y futuras lecturas, a plagar las redes sociales con noticias, imágenes y frases alabando a la palabra y a sus profesionales, las instituciones convocan premios literarios, crean ferias y atraen a la gente a firmas de autores reconocidos o noveles. Hoy, los medios de comunicación, además de sucesos y repetidas noticias políticas, nos descubren historias y actividades para disfrutar en compañía o en la mejor de las soledades: la que da un buen café, un sofá y un libro.
El recién nombrado Premio Cervantes 2013, Caballero Bonald, ha dicho en una entrevista: “Yo leo por el placer estético que me produce la poesía o la prosa que va más allá de las palabras propiamente dichas. Si el libro que leo no me seduce por ese camino, lo abandono, adiós muy buenas. Pero también entiendo a los que leen por instruirse, por distraerse, y compadezco a los que leen por obligación.”
¿Y tú por qué lees? ¿O por qué no lo haces? Os lanzo esta reflexión para que, cada cual, se conteste a sí mismo y se anime, o no, a dejarse llevar por el placer de la lectura.
¡Feliz día del Libro!
Clarisa Leal
Uno de los mejores placeres. Leer, leer y leer….
Pues yo, amiga Clarisa,prefiero no leer hoy y hacerlo loa 364 dias del año a hacerlo hoy y se acabó.
Desde la libertad…. leer o no leer, esa es la cuestión 🙂 Yo sí leeré… pero es que es una cuestión de necesidad. Fíjate… me he puesto a echar un vistazo al periódico y me he leído unas cuantas noticias… jejejeje.