Llegadas estas fechas se ha establecido como una costumbre ponerse todo el mundo a leer en público El Quijote. Como acto simbólico no está mal pero lo malo es que se queda en eso, en un mero acto de pasarela. La lectura es un acto privado, solitario y silencioso en papel o en digital, un detalle éste, en el que no caen nuestros sesudos organizadores de los dias del libro – de los libros debería ser-: la aparición cada vez más numerosa del lector de e-books, tablets, portátiles, etc. El hábito de lectura como todo comienza en el seno del hogar. Pero la lectura colectiva del Quijote empieza a cansinear si luego en las casas ni está ni se le espera…El Qujote.