Fulgencio Limón.- Posiblemente no tenga parangón a excepción del Central Park de Nueva York exagerando un poco. O mucho, que exagerar no paga impuestos, de momento. Estamos hablando del Paseo de San Gregorio de Puertollano, incomparable, en cualquier estación del año que tan bien retrata en su foresta urbana.
No todo va a ser malo como escribía en otra ocasión alguien con el curioso nombre de El Guardian del Valle, que igual lleva capa y antifaz, la criatura. Puertollano tiene lo que no tiene Ciudad Real y la mayoría de las ciudadades del mundo de sus dimensiones: un parque que es un jardíon botánico al aire libre enclavado en el corazón urbano y amurallado convenientemente con setos y árboles.
El Paseo de San Gregorio es una maravilla que encandila al visitante, sin necesidad de tener que marcharte extramuros de la ciudad. El turista lo tiene a mano, un enorme paseo que comienza desde donde antiguamente hubo un teatro hasta la ermita de la Virgen de Gracia separado en dos mitades, la segunda conocida como El Bosque. En el Paseo se funden los cuatro elementos que lo hacen tan singular y que a su vez hace tan singular a la ciudad de Puertollano: la piedra, el hierro, el agua y la flora. La piedra en su magnífica Casa de Baños. el hierro de la Fuente Agria donde confluye también el agua de hierro, el agua de las fuentes y la vida vegetal por todas partes, en primavera y verano y en la vida vegetal perenne en otoño que otorga al Paseo unas arrebatadoras vistas así como en invierno con su mezcla de árboles caducifolios y desnudos con los ejemplares de hojas.permanentes.
El Paseo de San Gregorio es único. Desde sus orígenes cuando no era sino un camino público, un ejido, hasta hoy en día con sus más de 50 especies vegetales algunas tan propias, humildes y autóctonas como el durillo y en menor medida el madroño y la lavanda ; otras de exótico origen como los tilos, los cedros, la palmeras, los magnolios, los castaños de Indias, los naranjos y las moreras, tan apetecidas por los niños cuando cultivaban gusanos de seda. ¿Lo hacen hoy en día?.
En la parte norte del Paseo, conocida como El Bosque, cuando es menos boscosa, hay menos variedad de árboles debido a la existencia de un parking subterráneo que delimita la progresión de las raíces pero hay árboles señoriales como cipreses, pinos y plátanos.Todo completado con el cultivo de flores de temporada, césped y diversos arbustos, adelfas, boneteros, pitosporos o espinos de fuego, hacen la delicia de los puertollaneros y de quienes nos visitan; también de nuestros vecinos culipardos, dicho sea sin ganas de ofender pero reconociendo las cosas. No todo es destrozo como el Guardián del Valle que poco debió guardar por lo visto en las fotos de la Via Verde sino belleza, armonía y placidez … todo en el centro mismo de la ciudad sin tener que coger el autobús.
Ya era hora. Se hace justicia a esa maravilla. Buen trabajo.