El Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Ciudad Real, ha ofrecido hoy ante los medios de comunicación un punto de vista diferente al que suele mostrar el portavoz del Partido Popular tras las reuniones de las Juntas de Gobierno Local de cada lunes.
El concejal socialista Alberto Lillo, se refería en primer lugar a la visión global de la ciudad, que, en contra de lo que habitualmente reflejan las intervenciones del portavoz del Equipo de Gobierno, «es una ciudad que no crece, en la que no existen inversiones, donde las cifras de desempleo son cada vez más levadas, no genera expectativas a las empresas para que puedan establecerse …»
Según considera el concejal, el Partido Popular no está cumpliendo ninguna de sus promesas electorales en los distintos ámbitos en los que gobierna. Así, se remontó a hace unos años, a 2011, cuando era portavoz y concejal de urbanismo Francisco Cañizares, cuando se aprobaron una serie de obras para pavimentar varias calles de la ciudad y dos años después, no se han realizado. “Los niños que nacieron en aquel momento hoy ya hablan y andan, pero las obran siguen sin realizarse”.
También quiso hacer mención al Centro Cívico de Los Rosales, «centro que fue otra promesa del PP que nunca se hizo realidad y es en la Junta de Gobierno celebrada esta misma mañana que se sigue hablando de parcelas para el mismo».
Reprochó al equipo de gobierno que no se informe a la ciudadanía de medidas que les afectan directamente, por ejemplo, la reducción de la velocidad en todo el centro de la ciudad, «que no ha supuesto a tenor de las noticias aparecidas en los medios de comunicación una mejora de la movilidad en la ciudad, porque parece ser que cuando menor es la velocidad de rodaje, más ha aumentado el número de atropellos».
No dejó pasar la oportunidad de mencionar las obras de reforma del Prado, «que el equipo de gobierno de Rosa Romero considera un éxito, cuando la realidad es que el éxito es de la empresa que ha conseguido la obra por un 30% menos de su importe de salida, lo que realmente significa un riesgo para la ciudad porque trabajar tan a la baja pudiera suponer que la obra no llegara a finalizarse». Y en este mismo asunto recordó que «incluso los vecinos de la zona consideran esta obra de ornato poco prioritaria, sin embargo, es imprescindible actuar en la accesibilidad de las aceras de la parte trasera de la Catedral, que son impracticables».
Para ilustrar las «idas y venidas» del equipo de gobierno, dio lectura a un párrafo de un acta de Junta de Gobierno, en la que se hacen una serie de modificaciones sobre el proyecto de renovación de la C/ Ciruela y otras, en la que las explicaciones que se recogen “se asemejan a las de la Sra. Cospedal explicando los pagos en diferido, cuya lectura no aclara qué ha pasado, ni qué se va a hacer, ni por qué se ha retrasado…”
Para terminar, Lillo abordó el asunto del procedimiento para la adjudicación del contrato público privado del alumbrado público, pidiendo su retirada -igual que hiciera en el Pleno celebrado el pasado viernes-, porque «es otra privatización que supondría una nueva hipoteca para la ciudad, esta vez por 25 años y 25 millones de euros, cuando existe la posibilidad de que el ayuntamiento asuma la renovación y mejora del alumbrado sin tener que vender una parte de la ciudad a una empresa». “La semana pasada, un Real Decreto del gobierno de la nación aprobaba los planes para la regeneración urbana del 2013 al 2016, con prórroga hasta 2020. Se financian con programas europeos. ¿Para qué vamos a hipotecarnos con una empresa si podríamos hacer nuestro propio proyecto y conseguir ese dinero para hacer nuestra propia renovación?”.