¿Os imagináis a Shakesperare, Lope de Vega y Quevedo hablando distendidamente, mientras toman un vino y una tapa en la plaza de Almagro? ¿Cuáles serían sus disertaciones en la actualidad? ¿Hablarían de lo ricas que están las berenjenas? ¿Del lugar tan bonito y bien conservado en el que están? ¿De la variedad de lugares donde se van a representar sus textos? ¿De los destrozos o aciertos de las compañías y sus montajes? ¿O de la subida del IVA y sus nefastas consecuencias? Seguramente el dramaturgo inglés, alardearía de tener más obras en cartel que el resto de sus colegas. Y Lope y Quevedo, harían gala de su honor patrio a la espera de atraer así a un grupo más nutrido de espectadores de la tierra. Afilando, lengua y plumas, sacarían lo mejor de cada uno e intentarían, lo más líricamente posible, colgarse a cada cual más medallas que para eso los siglos y el trabajo les amparan.
Y es que el Festival de Almagro (en su trigésimo sexta edición) vuelve a reunir, como cada año, a lo más grande del teatro clásico. Montajes nacionales e internacionales, para grandes y pequeños, en la calle o a puerta cerrada, con variaciones o fieles al autor pero con un denominador común: la calidad. Durante dos semanas, el pueblo de Almagro se convierte en una fiesta de letras, versos, espadas, dramaturgos y actrices, camiones con focos y utilería, espectadores y medios de comunicación. Los aspirantes a trabajar en el mundo artístico se reúnen en los cursos convocados a la espera de aprender y de conocer al profesional que los impartirá. Los comercios doblan su turno y los bares despachan cañas y tapas sin descanso. Y, mientras se espera sentado a que la hora de la representación llegue, es inevitable no andar con mil ojos a la búsqueda y captura de algún reconocido actor. ¿Cómo no ser así la envidia de los amantes del teatro? Porque aunque en el colegio se empeñaron en destrozarnos a los clásicos con aburridas lecturas e insufribles teatrillos infantiles, no dejan de ser inmortales y, como el buen vino, cuanta más añada y más añejo… más sabroso y gustoso.
El año pasado disfruté de uno de los montajes más impresionantes que he visto de Calderón de la Barca. “La vida es sueño”, bajo la dirección de Helena Pimenta y la sublime interpretación de Blanca Portillo, abrió la pasada edición del Festival. Se agotaron todas las entradas de las diferentes representaciones que estaban programadas y dejaron, por lo menos en lo que a mí concierne, con ganas de más. Con ganas de seguir re-descubriendo a los “antiguos”, de acercarme cada año a disfrutar del Festival y sus novedades (aunque no lo parezca…. cada “Romeo y Julieta”, cada “Médico a palos”, cada “Rey Lear”… es único e innovador), de apoyar como espectadora el trabajo de la gente que comparte un mundo tan cercano al mío, de disfrutar de un buen tinto y unos “huevos de la abuela” mientras, sentada en una silla de la plaza, veo pasar a “El Brujo” y sonreír recordando lo que he disfrutado con su “Lazarillo”.
No voy a colgar toda la programación porque para eso dispone el Festival de una página web fabulosa donde enterarse de las actividades programadas para cada uno de los días (4 al 28 de Julio). No voy a recomendar ningún montaje porque, como ya he dicho, los clásicos están para re-descubrirlos. Sólo acabaré despidiéndome con un color: “El color de los clásicos” (como reza el lema de esta nueva edición).
No sé cómo ni de qué hablarían esos monstruos de la literatura del siglo XX. Hicieran como lo hicieran, lo harían muy bien.
Quería decir del Siglo de Oro o siglo XVII, qué despiste tan imperdonable al escribir.
Aprovecho para recomendar El lindo don diego, de Agustín Moreto, una de las comedias más desternillantes de todos los tiempos, Otelo y Macbeth y cualquier obra de Calderón y Lope. Casi todas la programadas para la próxima edición las he disfrutado ya en otras ocasiones, algunas por partida doble. No importa. Siempre constituye un placer volver a ver otra dirección, otros intérpretes y siempre siempre los mismos versos llenos de gracia y talento.
Cómo se nota que eres de los que disfrutan con este tipo de teatro, Entrometido. Me encantan tus recomendaciones y es que la programación de este año…. no tiene desperdicio. Gracias!!
Y si estuviera con ellos Clarisa Leal… el cúlmen. Estupenda sección literaria la de MICR
Leidomeri…. porque te ocultas bajo nombre ficticio… no serás de la familia?? Ajajajajaja. Yo disfrutaría con Shakespeare, Quevedo o Lope sólo con oírlos hablar. Gracias por seguir la sección. Y ya en privado me dices quién eres y te invito a unas berenjenas de Almagro.