El exfiscal y exmagistrado José Jiménez Villarejo ha hablado del oficio de jurista durante la charla que ha impartido en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Ciudad Real, organizado por el Instituto de Derecho Penal Europeo de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). En su intervención, Jiménez Villarejo aconsejó “independencia e imparcialidad” a los jóvenes que ahora inician la profesión.
“Independencia e imparcialidad”, dos valores que deben marcar el camino de todo jurista y que el fiscal y magistrado ya retirado y expresidente de las salas Penal y Militar del Tribunal Supremo José Jiménez Villarejo considera necesarios “conservar”, especialmente entre aquellos que ahora inician la profesión jurídica.
Jiménez Villarejo que impartió una charla sobre el oficio de jurista en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Ciudad Real, invitado por el Instituto de Derecho Penal Europeo de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), defendió instantes previos a su intervención este oficio, del que dijo “es muy difícil de ejercer, pero muy honroso”.
Alumnos y profesores han seguido con interés la charla del magistrado emérito del Tribunal Supremo, que ha sido presentado por el director del Instituto de Derecho Penal Europeo de la UCLM y el decano de la Facultad de derecho y Ciencias Sociales, Luis Arroyo y Juan Ramón de Páramo, respectivamente. Junto a ellos, han compartido aforo distintas personalidades del mundo de la jurisprudencia en la provincia de Ciudad Real, entre los que se encontraban la presidenta de la Audiencia, María Jesús Alarcón; el fiscal jefe, Jesús Caballero Klink; o el decano del Colegio de Abogados de Ciudad Real, Cipriano Arteche, entre otros.
Jiménez Villarejo, licenciado en Derecho por la Universidad de Granada en 1951, fue el primer fiscal especial para la coordinación de la lucha contra la droga. Además, ocupó la presidencia de la comisión especial para la reforma del Código Penal, Comisión General de Codificación que dio lugar al nuevo Código Penal de 2010; y está en posesión de la Gran Cruz de la orden de San Raimundo de Peñafort, la máxima condecoración existente en el mundo del Derecho destinada a premiar a las personas que hayan contraído méritos relevantes al servicio de la Justicia.
