Miguel Ramírez Muñoz. Coordinador provincial de IU Ciudad Real.- En primer lugar, trasladar desde IU nuestro pésame y solidaridad a las familias de las víctimas de los desgraciados accidentes ocurridos en el pueblo de Fuencaliente, y sumarnos a la indignación ciudadana, por la situación cuasi tercermundista en la que se encuentra esa zona de la provincia en materia de carreteras.
En apenas mes y medio, el pueblo de Fuencaliente ha sufrido episodios de semi-aislamiento, por culpa de una deficiente política de conservación, diseño y logística de carreteras. Estamos ante esa paradoja, podríamos decir que casi broma macabra, de un país que acumula cientos de kilómetros de autopistas vacías y en quiebra, mientras montones de zonas rurales, pero también carreteras que comunican grandes pueblos y ciudades de la provincia, están en un deplorable estado y provocan situaciones de inseguridad vial.
Carreteras como las que unen Manzanares con Alcazar de San Juan, o Manzanares-Villarrubia de los Ojos, o Manzanares-Moral de Calatrava, están en condiciones penosas, por poner algunos ejemplos. Lo ocurrido en Fuencaliente, podría ser la muestra de la desidia y abandono al que se deja al mundo rural, mientras a la vez se preparan ingentes cantidades de dinero público para rescatar las autopistas privadas.
Más de 400 millones de euros nos va a costar el rescate de todas las autopistas radiales de Madrid, la mayoría con tramos en Castilla-La Mancha, incluso la poca inversión prevista por el Ministerio de Fomento para nuestra región, será para rescatar la AP-36 de Ocaña a La Roda.
Al igual que el lema de STOP DESAHUCIOS, es el “gentes sin casa, y casas sin gente”, ahora podemos decir que derrochamos millonadas de euros en mantener unas autopistas sin tráfico, y abandonamos a ciudadanos que necesitan carreteras convencionales en condiciones de seguridad, para mantener un mínimo de conexión con el resto de la provincia y el acceso a servicios básicos.
