Daimiel Noticias.- Una abarrotada parroquia de Santa María daba cuenta de las ganas que tenía Daimiel de escuchar a monseñor Amigo que correspondió con un vibrante pregón donde demostró que conocía las peculiaridades de la Semana Santa daimieleña. El alcalde, Leopoldo Sierra, valoró ese gesto y le agradeció especialmente que también vaya a celebrar el Domingo de Ramos en Daimiel.
Una abarrotada parroquia de Santa María daba cuenta de las ganas que tenía Daimiel de escuchar al cardenal Carlos Amigo, más si cabe después de haber intentado que pregonará la Semana Santa en años precedentes y de que, cuando ya estaba todo cerrado para este 2013, el Cónclave que ha elegido al Papa Francisco pudiera haber truncado este anhelo. Pero «Dios siempre llega puntual, por lo menos para Daimiel», tal y como señaló el propio Carlos Amigo a los periodistas con los que conversó minutos antes de pronunciar su pregón. En él también incluyó una breve referencia a lo sucedido en Roma en estas últimas semanas cuando, al introducir unas palabras del nuevo Pontífice, se preguntó irónicamente: ¿ah, pero ha habido Cónclave?, ante la lógica expectación que suscitó y sigue suscitando el relevo en la sede de Pedro.
Sí ahondó más sobre este asunto durante el encuentro previo que mantuvo con los medios de comunicación y donde reconoció «las emociones particulares» que, por su antigua y consolidada amistad, le despertó la elección del nuevo pontífice y que sus referencias «a no tener miedo a la misericordia y a la ternura» le habían inspirado en su pregón. A preguntas de los periodistas sobre la impronta de este pontificado, el cardenal Carlos Amigo recalcó que «como Dios es el que organiza todas las cosas, siempre llega con el pan que necesitamos» y, en relación al histórico encuentro entre Benedicto XVI y el Papa Francisco, comentó que «los dos estarán fortalecidos» por una reunión donde, entendía, «se evita la solemnidad y la agenda y se habla de aquello que se necesita hablar con un amigo». Por otro lado, desveló que en su juventud había estado una vez en Las Tablas y que aunque no había estado nunca Daimiel su nombre le era familiar gracias a «un daimieleño, llamado Miguel, que nos echaba una mano en el convento de Madrid» donde estudió y que «ya pudiera pasar lo que fuera, que cuando llegaba la Semana Santa, Miguel se venía a su pueblo, y nos dejaba en cuadro», relataba. Y es que, como también desarrolló en el pregón, «hablar de Daimiel es hablar de su Semana Santa».
Así, derrochando unas grandes cualidades de orador, fue insertando cada unas de las ocho cofradías y hermandades locales y sus respectivas señas de identidad en una invitación a seguir el camino de Cristo porque «sin Él se vive en la profunda tristeza de la soledad». Una invitación para la que pidió «dejar atrás el egoísmo y pensar más en la felicidad de los demás» y en la que colocó en lugar preferente la trasmisión de Fe que se cultiva en las familias cristianas. Acabó el pregón, y el imaginario viaje de Don Quijote y Sancho Panza a Daimiel en el que se apoyó para hilvanar sus reflexiones, recordando a la Patrona, la Virgen de las Cruces, y exhortando a que, concluida la Semana Santa, «sigamos haciendo la Caridad y rezando a Dios».
Un largo y caluroso aplauso sirvió de broche a un pregón del que el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, subrayó sus palabras sobre la familia. «Es el pilar básico de la sociedad» y, compartiendo el mensaje de Amigo, «necesitamos fortalecer esa unión entre padres e hijos» que, además, «está ayudando a que en muchos casos las dificultades que estamos atravesando sean más llevaderas». Sierra también valoró el profundo conocimiento que el cardenal Amigo demostró sobre las peculiaridades de la Semana Santa daimieleña y le agradeció especialmente que haya querido celebrar el Domingo de Ramos en Daimiel.
El inicio del pregón estuvo precedido por la presentación del cardenal Carlos Amigo que realizó el consiliario de la Junta de Hermandades y párroco de San Pedro, Eulalio Asensio, y por la interpretación de tres marchas procesionales, a cargo de la Banda Municipal de Música. Sonaron «El Niño Perdido», «Expiración», y «Capuchinos», las marchas más representativas de «Moraos», «Blancos» y «Capuchinos», las tres cofradías cuya sede canónica se encuentra en la parroquia de Santa María.