Daimiel Noticias.- El pasado 16 de marzo, en la sede social de la Hermandad-Asociación de Daimieleños Residentes en Madrid, tenía lugar el pregón de la Semana Santa de Daimiel en Madrid, que este años corría a cargo del presidente de la Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno, Andrés Márquez Reguillos.
La Hermandad-Asociación de Daimieleños Residentes en Madrid celebraba el pasado sábado, día 16 de marzo, en su sede social de la Casa de Castilla La Mancha, el Pregón de la Semana Santa de Daimiel en Madrid, que este año corrió a cargo del presidente de la Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno, Andrés Márquez Reguillos.
Con un salón de actos repleto para la ocasión y con la presencia del Presidente Honorífico y Capellán-Asesor de la Hermandad-Asociación, Monseñor Antonio Astillero Bastante; del Presidente Ejecutivo, Juan Blanco Honrado; del Secretario General, Ramón Infante García-Consuegr; y de la Hermana Mayor, Maria de los Ángeles Martín de la Sierra, daba comienzo la celebración con la intervención del saetero jienense José Fernández Contreras, que interpretó tres saetas.
A continuación comenzaba el pregón, ilustrado con una presentación «Powerpoint», en el que Márquez Reguillos repasaba uno por uno los desfiles procesionales de la Semana Santa daimieleña. Los vía crucis del Cristo de la Luz y del Consuelo; la alegría de los niños que acompañan a La Borriquilla; el Cristo de la Columna de Los Coloraos; la salida de Jesús Nazareno y el «kilómetro morao» que recorre Daimiel la mañana del Viernes Santo; el Cristo de la Expiración de Los Blancos; y el relato de la Piedad, del Sepulcro y de la Soledad de la Virgen «de negros y corbatos»; Virgen que, el Sábado Santo, cruza Desolada las calles de Daimiel empujada por Los Capuchinos.
Andrés Márquez continuaba comparando «la entrega y la sangre que derrama Cristo, y su muerte por todos los pecadores, con nuestros hermanos parados, presos ó en situaciones de gran pobreza, ó enfermos que mueren», y a los que, consideraba, «debemos atender con nuestra mejor solicitud».
El pregón terminaba con un recuerdo a la Virgen de las Cruces, describiendo a su alrededor todas las advocaciones dolorosas que desfilan en la Semana Santa de Daimiel, desde la Virgen de la Amargura hasta la Desolada.
El acto lo cerraba Quintín Aguirre, vicepresidente de la asociación, que interpretaba otras cuatro saetas.