Javier Fernández-Bravo del Prado. Director técnico CD Shotokan-Ciudad Real.- El pasado sábado, día 16 del marzo, se celebró en Ciudad Real, un Curso de Karate Tradicional y armas tradicionales, organizado por el Club Shotokan e impartido por Pedro Martín González, un instructor con una dilatada trayectoria en las artes marciales que le ha permitido alcanzar un alto grado en varias de ellas (Karate, Aikido, Ken Jutsu, Kobudo…).
Pero Martín destaca no por su calidad técnica, en la que es un virtuoso, sino por su profundo conocimiento de estas disciplinas que se agrupan bajo el nombre genérico de Budo a las que ha consagrado buena parte de su vida a través la práctica con prestigiosos maestros en cada una de ellas; el estudio de la historia, filosofía y tradición que albergan, con continuos viajes a Japón o la asistencia a seminarios en distintas partes del mundo; y, por último, la transmisión de estos conocimientos desde una vasta formación en fundamentos anatómicos, fisiológicos y biomecánicas.
Finalmente fueron veinte los practicantes inscritos en esta actividad que pudieron disfrutar de las enseñanzas del maestro pacense, quien en la primera parte de la clase presentando una forma de calentamiento llamado “taiso”, específico para la práctica de Karate y que presentaba algunos aspectos poco frecuentes respeto a la forma de calentamiento llevada a cabo de forma habitual. Este método se basa en la realización de ejercicios de estiramiento y descontracción, de una forma suave y relajada, y la ausencia de ejercicios aeróbicos.
Después, se ejecutaron de línea y en desplazamiento adelante y atrás los elementos más destacados de los kata fundamentales Heian, para dar paso a la ejecución del kata superior Enpi y practicar una propuesta de aplicación con un adversario del mismo (Oyo Bunkai). Un planteamiento muy sugerente que fue recibido con interés por los cursillistas.
Posteriormente, llegó el turno para el manejo de las armas tradicionales, dedicando este tiempo a la práctica en el uso del bo, una vara de roble u otra madera dura de aproximadamente 180 centímetros) Después de realizar una exposición de las formas de garre, los ataques y defensa básicos. El maestro deleitó a los presentes con la ejecución de sendos katas japonés y okinawense
Tras el descanso para comer, se retomó el curso. Martín González presentó una batería de ejercicios encaminados a mejorar las técnicas de «agarre» y de control del adversario. Estas acciones s son conocidas como «kakie» o «Manos que empujan», unas técnicas que se realizan en algunas escuelas de Karate que guarda mucha similitud con los practicados en el kung-fu del sur de China, como es el caso del «Chi Sao» del «Wing Chung» o el «Tui Shou» de «Tai Chi Chuan» o de «Grulla Blanca». Estrechamente relacionado con el anterior, se trabajó «Muchimi», es decir la habilidad de controlar al oponente manteniendo la presión de nuestro brazo o mano después de haber entrado en contacto con el brazo del adversario que trata de golpearnos o agarrarnos. La idea consiste en mantener nuestro brazo o mano pegado y presionando contra él, aprovechando esta coyuntura para realizar alguna técnica de contraataque mediante golpeo, luxación o desequilibro del adversario.
Otro de los apartados tratados en la jornada fue la realización del ataque circulares con los brazo,»muchiken» en los que se utiliza un movimiento rotatorio de la cintura como fuerza impulsora y principalmente el hombro como eje sobre el que se articula la acometida aprovechado la generación de fuerza centrípeta.
En esta forma de golpeo, las acciones se originan por encima de la cabeza o por debajo de la cintura, atrasando la mano o el puño por detrás del plano frontal corporal, de forma similar a la trayectoria que describen algunos ataques de la katana. De este modo, para que el segmento final de una cadena cinética alcance una gran velocidad circular, ha de tener lugar una transferencia del impulso desde el cuerpo al miembro final en cuestión. Inicialmente se debe imprimir al brazo una elevada velocidad. El elemento último de la cadena en el movimiento; por ejemplo la mano, recibe el traspaso del lanzamiento en cadena creando un trayecto máximo de aceleración.
La última parte del curso de dedicó a Hojo Undo, un método de entrenamiento que tiene su objetivos en el fortalecimiento físico y el mejoramiento del control del mecanismo respiratorio mediante la ejercitación con material de uso tradicional, como pesos, objetos lastrados, cuerdas.
Sin duda, un magnífico curso que respondió a las expectativas de participante y organizadores.