La historia del aeropuerto de Ciudad Real habrá que escribirla un día como si fuera una ópera bufa. Al rosario interminable de cuentas incontables desde que la mente preclara de los preclaros prohombres de la Real Ciudad lo concibieran hasta hoy mismo, se suma un sarcástica coincidencia. Justo cuando los concursales están ya para pegarle la patada definitiva con un ERE que será, va la Universidad regional y gradúa a los primeros siete controladores aéreos. Estos, desde luego podrán buscarse la vida en los miles de aeropuertos que hay por el mundo pero suena a cuchufleta. Los sietes primeros controladores formados en la UCLM y un aeropuerto fantasma. Bueno, si hablamos de fantasmas no es el aeropuerto el principal, precisamente.