Herederos de una más que tardía Movida Madrileña, Un pingüino en mi ascensor nace en 1986, cuando José Luis Moro (Madrid, 1965) decide mostrar al mundo las delirantes cancioncillas que había compuesto en la soledad de su dormitorio con la ayuda de su voz nasal y un teclado con ritmos YAMAHA PSR 60. En ellas vuelca sus variopintas influencias: el punk, el tecno-pop, los anuncios de la tele, etc. En 1987 consigue atraer el interés de la discográfica DRO y sale a la calle su primer disco, un mini-LP de seis canciones que incluye el hit Espiando a mi vecina.
A partir de ahí en 1988, Mario Gil (ex – Paraíso, ex – La mode, ex – Aviador Dro, ex – celente persona) se incorpora a la banda y Un pingüino en mi ascensor se convierte en duo. Hasta 1990 se publican otros tres álbumes más: El balneario (1988), Disfrutar con las desgracias ajenas (1989) y La sangre y la televisión(1990).
Este sábado aterrizan en la ciudadrealeña sala Chamberí, a las 22:30, las entradas anticipadas están a la venta en la misma sala, bar Flamingo y peluquería Pikaflor.
Un pingüino en mi ascensor continúan desarrollando una intensa actividad en directo, con especial frecuencia a partir del nuevo milenio. Han sido invitados a numerosos festivales, llegando también a visitar Mexico, país en el que cuentan con una buena legión de incondicionales.
El concierto será el 9 de Marzo en la Sala Chamberí. Las entradas son de 12 euros anticipada y 16 en taquilla
A ese precio por un grupo tan minoritario, le pueden dar por culo al Chamberí y a sus dueños antipaticos.