A la manera de Joan Manuel Serrat y su cantable de éxito, nos vuelve a sorprender, y cómo, el ‘Mare Nostrum’, o el Mar Mediterráneo. Al menos en lo que a España afecta, las aguas bajan revueltas en toda la traza de ese litoral marítimo del levante español.
Que las cinco Comunidades Autónomas que han incumplido en 2012 el Objetivo de Déficit Público, estén bañadas y mojadas por las aguas azules del gran Mar, mítico y fundacional de la civilización grecolatina, no deja de ser una gran paradoja de enormes dimensiones.
Paradoja que se dilata y extiende, si hacemos cuenta y recordamos que hace unos años la gran locomotora económica del crecimiento español venía a coincidir –con alguna excepción madrileña o vasco-navarra- con el trazo que ahora inunda el incumplimiento de ese Objetivo de Déficit Público. Donde hubo próspera expansión y envidia de los vecinos, hoy encontramos números rojos y saldos negros, que hacen enrojecer a las cuentas públicas de Cataluña, Valencia, Murcia, Baleares y Andalucía.
Más allá del trazo rojo y enrojecido del litoral del levante peninsular, lo que emerge es otra extraña coincidencia y otra rara simetría que conviene citar. A saber, que buena parte de ese ‘vertiginoso crecimiento’ de las Comunidades afectadas por el incumplimiento de ese Objetivo de Déficit Público, fueron tenidas por modelo excelente de relaciones económicas destacadas. Fueron tenidas como eje central del modelo de crecimiento basado, casi exclusivamente en el turismo, y en su consecuencia posterior del desarrollo inmobiliario desmedido.
Ahora con el parón inmobiliario y con los fríos de un turismo en recesión, las cuentas de las comunidades litorales, saltan por los aires y ven sus resultados financieros como un vertido más, que contamina las aguas apacibles del viejo mar Mediterráneo, con un fétido olor a descomposición.
Nos quitaron el mar, se lo comieron con la gula del boom turístico, hicieron creer a los habitantes de esas comunidades que eran ciudadanos de primera y que por tanto podían mirar al resto del país por encima del hombro. Absolutamente de acuerdo con su columna.
Lo sorprendente es la recuperación de ‘Crematorio’ (serie y novela) con la muerte de Pepe Sancho y con la nueva novela de Chirbes, ‘En la orilla’. Justamente eso, en la orilla del mar Mediterráneo. Coincidencias sutiles, bendecidas por la modficiación de la Ley de Costas.