Paco Acero.- El arte vuelve a estar, por enésima vez, al servicio de los demás. Y es que Carmela Medrán pone de nuevo su talento del lado de causas solidarias como es, en este caso, los comedores sociales de Cáritas y también para contribuir, al alimón, con el año jubilar que por san Juan de Ávila está viviendo Almodóvar del Campo, en la que esta valdepeñera se siente desde hace muchos años como en su propia casa.
Para ello, esta artista autodidacta de contrastada trayectoria, sortea el último lienzo que ha ejecutado y que es su particular representación, a pincel y espátula, del trigésimo cuarto doctor de la Iglesia y cuarto de origen español. “Es una versión que he creado a mi modo, con mucho colorido”, refiere la autora, quien ilustra su argumentación indicando como durante siglos el santo ha sido representado de muchas maneras y “lo que hoy se puede contemplar en Montilla, el Vaticano o Almodóvar, por citar algunos, son diferentes, tanto su figura como en los fondos”. Lo que es inalterable en tanta iconografía es su semblante solemne.
En el caso que nos ocupa, el fondo que pone Medrán es más que simbólico. Aparece la ermita de Santa Brígida, clave en la existencia de san Juan de Ávila si, tal y como refiere la tradición en el pueblo, su madre se encomendó a ella para que hiciera en sus carnes lo que favoreció en tantas otras almodovareñas: la maternidad. Catalina, que así se llamaba la madre del santo, pudo finalmente concebir a quien en este momento de la historia ha sido llamado al doctorado del catolicismo.
En cuanto a la técnica representativa, Medrán sigue admirando de Sorolla su amor al colorido y de El Greco la ejecución de cabezas alargadas. Pero para esta ocasión, además, ha tomado de Van Gogh una de sus principales señas de identidad y que ella ha aplicado con una espátula minúscula, apta para este tipo de trabajo artístico y que da mayor fuerza a lo que serían simples pinceladas.
La inspiración de hacer esta obra solidaria le llegó mientras se recreaba en otra de sus facetas magistrales, la restauración de esculturas, fundamentalmente las religiosas. “Hace dos meses y medio estaba reparando una figurilla de comunión y, de buenas a primeras me surgió la idea”. Así empezaría a concebir Carmela el generoso lienzo de 80 por 65, con un marco muy apropiado, que ya ha quedado expuesto en el establecimiento Mais Arcoiris de la localidad.
Además, para promocionar la participación en el sorteo que determinará el nuevo poseedor de esta obra el mismo día de la festividad del santo, el 10 de mayo próximo, ha editado estampas y emitido las papeletas correspondientes. “Espero que Dios y el santo contribuyan en esta acción y el pueblo sepa apoyarla”, comenta.
Sin otro motivo que la solidaridad, su único interés en esta acción es que se valore su arte y su contribución. En su dilatada trayectoria, puede presumir de tener cuadros en Barcelona, Alicante, Sevilla, Madrid, Ciudad Real, Puertollano, la propia Almodóvar,… “He pintado muchísimo” y a fe que seguirá haciéndolo en su coqueto estudio del piso en el que reside.
Por último, cabe citar la particular relación que Carmela Medrán tiene con el santo almodovareño. Hace 43 años también vivió en primera persona el también histórico momento de su canonización, dado que como esposa del entonces alcalde de Almodóvar del Campo, Germán Inza, estuvo en primera fila en El Vaticano y recibió la comunión de manos del Papa Pablo VI. Guarda también un grato recuerdo de la estancia en el colegio de monjas romano donde se alojaron durante aquel viaje.