La secretaria de Comunicación y portavoz del PSOE en la provincia de Ciudad Real, Esmeralda Muñoz, ha denunciado el “deterioro alarmante” que está sufriendo el sistema sanitario público de la región como consecuencia de la “nefasta gestión” que está llevando a cabo el Gobierno de Castilla-La Mancha.
Para corroborar esta denuncia, la responsable socialista se ha referido al informe de la Asociación del Defensor del Paciente (ADEPA), en el que se recoge un aumento del 35% de las quejas por mala praxis durante el año 2012, ejercicio en el que se han registrado 172 denuncias en la provincia de Ciudad Real respecto a las 127 del año anterior.
Muñoz ha ofrecido otro igualmente facilitado por ADEPA «y que deja en muy mal lugar al sistema sanitario de la presidenta Dolores de Cospedal», ya que el servicio de Urgencias de Ciudad Real es el séptimo con más reclamaciones de toda España, «e incluso hace recomendaciones muy concretas para dar solución a los continuos colapsos y hacinamientos que se producen, algo que, por otra parte, han venido denunciado reiteradamente los sindicatos sanitarios del centro hospitalario de la capital».
Y un tercer indicador que, según el PSOE, evidencia el “estado lamentable” y la “degradación” de la sanidad desde que el PP asumió el Gobierno regional está en las listas de espera, «apartado en el que Castilla-La Mancha ha sido la comunidad autónoma que más ha empeorado al duplicar de 2011 a 2012 el tiempo medio para someterse a una operación, que se sitúa en una media de 90 días».
Muñoz ha manifestado que “la situación que están padeciendo todos los profesionales de la rama sanitaria, ya sea médicos, enfermeros, ATS e incluso los conductores del servicio de urgencias despedidos sin cumplir los mínimos derechos que les amparaba, está incidiendo en que el servicio sanitario que están recibiendo los castellano-manchegos y de forma particular los ciudadrealeños sea de deterioro total”.
De igual modo, la portavoz socialista ha lamentado que “los ciudadanos castellano-manchegos estén pasando de tener una sanidad que era intocable y totalmente sostenible a una sanidad que la quieren convertir en insostenible y deteriorarla premeditadamente para allanar el camino a su privatización”. Todo con una máxima: «deteriorar al máximo la sanidad para justificar su privatización», ha sintetizado Muñoz.