Crónicas plenarias: «Un pato, dos patos… Y una aportación tecnológica»

Marcel Félix de San Andrés.- El salón de plenos del Ayuntamiento de Puertollano ofreció ayer momentos impagables en que cualquier ciudadano podría sentirse identificado plenamente con el decir y el argumentar de concejales como Agustín Pérez Motilla, Jesús Caballero Buendía o Luis Miguel Ortiz. También mostró su cara “b”, esa que solo entiende de intereses partidarios y consiste en despedazarse unos a otros para después aprobar el “asunto” por unanimidad.

Vayamos por partes. El primer pato, el que abre título de esta particular crónica, apareció en el debate de la moción presentada por el Grupo socialista y que pretendía implicar al Gobierno Regional en la solución al despido de 14 trabajadores por la nueva concesionaria del transporte sanitario. Decía, con singular gracejo, el concejal socialista Jesús Caballero Buendía que “si anda como un pato y grazna como un pato debe ser un pato”…, la comparación se refería al fuerte recorte en el servicio de transporte sanitario que ha experimentado la comarca de Puertollano desde que Cospedal llegó al gobierno de la Región.

Insistió Caballero Buendía en el ejemplo del pato porque desde la bancada popular se negaba la mayor y se defendía, contra la razón de los datos y del sentido común, que con Cospedal funcionan las cosas como un reloj. Utilizó Ciudad Zariquiegui, de nuevo en la nómina del Ayuntamiento de Puertollano, un argumento poco afortunado, el de los datos técnicos y el coste del servicio. Lo hizo olvidando en todo momento que Puertollano no es una ciudad cualquiera y que su complejo petroquímico la expone a repetir tragedias que ya ha vivido, por lo que son imprescindibles todas las medidas que garanticen la seguridad de la población. Al final, como en política todo es posible, se votó por unanimidad lo que concernía a la readmisión de los trabajadores y los populares votaron en contra de lo concerniente al número de ambulancias.

Todo muy coherente en el PP, posicionándose a favor de la readmisión de unos trabajadores para los que no habrá ambulancias que conducir, y así, de esa forma, conseguir la mutación del pato en ganso. Como colofón a este punto y dado que el Ayuntamiento de Puertollano anda en periodo de rebajas en la constitución de bolsas de empleo para trabajadores despedidos, recomiendo a estos 14 trabajadores que se personen en el despacho de alcaldía y exijan el mismo trato que se ha dado a otros.

Hubo un segundo pato en la sesión plenaria de ayer. Este lo trajo a colación Luis Miguel Ortiz a resultas de su intervención en la moción presentada por el Grupo de Izquierda Unida criticando el cierre del centro de la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire. Previamente, Agustín Pérez Motilla había llenado de sentido común y datos fidedignos la defensa de su moción y se había encontrado con la acusación de mentiroso por parte del portavoz popular. Luis Miguel Ortiz levantó los aplausos y las risas cómplices del numeroso público asistente recurriendo de nuevo al argumento del pato. Pero esta vez no tuvo que lidiar con la frialdad de los datos sino con el arma demoledora de la argumentación del PP: la decisión se corresponde a una innovación tecnológica.

Claro, dicho así ¿Quién osa oponerse a tamaño argumento? Pues el sentido común y el compromiso en defender a quienes te han elegido, porque lo que está en juego es la seguridad y la calidad de vida de los Puertollaneros. Decía Pérez Motilla que el gobierno de Cospedal ha acabado con la Agenda Local 21, con la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire y lo hará también con el comprometido Estudio Epidemiológico. Añado yo que igual suerte parece correr el Plan de Emergencia Exterior. Y, claro, vistas así las cosas tiene razón Luis Miguel Ortiz al asegurar que “sin anda como un pato y grazna como un pato debe ser un pato lo que otros visten de innovación tecnológica”. Y máxime cuando la tan cacareada innovación consiste en sustituir el centro físico de Puertollano, equipamiento y trabajadores incluidos, por un servicio de ADSL que ya ha informado con notable retraso de distintos episodios de ozono. La eficiencia del servicio centralizado es tal que ciertos concejales tienen antes la información que el concejal responsable.

Pero el pleno tuvo su cara “b”. Frente a la sensación que tenía el público asistente de escuchar a un igual hablando de problemas reales con las intervenciones de Pérez Motilla, Caballero Buendía y Luis Miguel Ortiz; se pasó a intervenciones partidistas que llenaron de estiércol el ya abonado terreno de la desafección a los partidos mayoritarios. Una hora de bochornoso espectáculo en que Hermoso Murillo y Ciudad Zariquiegui se emplearon a fondo con el “tú más”. En medio de la batalla se metió con riesgo para su persona el habitual portavoz de IU y aprovechó para lanzar algunos dardos sobre dispendios como el campo de fútbol que actualmente disfruta un equipo de tercera división.

Lo cierto es que, culpables aparte, las víctimas son los vecinos del barrio afectado, obligados a convivir desde hace años con la incomodidad de unas obras a medio terminar y todos los ciudadanos de Puertollano que otra vez mas resultamos agraviados con el grifo cerrado con que nos obsequia a diario Dolores Cospedal. El resultado final es el de tantas y tantas operaciones ladrillo, aquí tenemos ejemplos como Cisterra, que solo sirvieron para hundirnos en la mísera realidad que hoy vivimos. Lo sorprendente del infumable espectáculo a que nos tienen acostumbrados algunos de nuestros políticos es que después votaron el punto por unanimidad. ¿A qué viene tal espectáculo y tal perdida de tiempo?

Y para terminar, una de las perlas que habitualmente nos deja Ciudad Zariquiegui. “Ustedes no han dejado ni telarañas en las cajas, solo han dejado 600.000 facturas sin pagar”. Lo soltó con la boca calentita al sentirse acorralada porque quedó probado que el gobierno Cospedal no contempla un solo euro destinado a Puertollano en sus presupuestos y se quedó tan ancha. Le haré un simple cálculo matemático a Ciudad Zariquiegui y terminaré con alguna recomendación.

Señora diputada y concejal bien remunerada, la altura que alcanzarían 600.000 facturas colocadas una sobre otra sería de 480 metros, con un largo de 1.800 metros y un ancho de 1.200 metros. La magnitud de las cifras son tales que se verían desde el espacio, como ocurre con algunos monumentos y/o accidentes geográficos, y serían imposibles de ocultar salvo a personas tan pluriempleadas como ustedes. Resultaría imposible justificar que ustedes no lo supieran y más difícil es comprenderlo cuando la propia Sindicatura de Cuentas ha venido a demostrar que exageraron entonces y lo hacen ahora.

Y ahora el prometido consejo: sean valientes en la defensa de sus decisiones y no las justifiquen en lo injustificable. Su modelo no contempla lo público salvo para favorecer privatizaciones a empresarios ideológicamente compatibles. Pongan negro sobre blanco lo que quieren hacer en su programa electoral y sométanse al veredicto de las urnas. Si los electores les dan su apoyo estarán legitimados para hacerlo, de lo contrario tendrán que olvidar también los discursos falaces sobre la “ruina” de nuestro país.