Miguel Ramírez Muñoz. Coordinador Provincial de IU Ciudad Real.- Llevamos unas semanas que la actualidad política provincial, regional y nacional, se encuentra en instancias judiciales, ya sea por los pactos de la Fiscalía del Estado e indultos de los Gobiernos a banqueros, a corruptos confesos de la derecha nacionalista catalana, los escándalos de Urdangarín, Bárcenas, Fundación Ideas, caso “mercurio”, caso “campeón”, caso “asesores Diputación”, “detectives Almirante”, EREs, el cierre de los PACs, etc…
Esta judicialización de la política, tan criticada en los medios creadores de opinión, es la evidencia de la incapacidad del bipartidismo de buscar soluciones a los múltiples y complejos problemas de la sociedad, muchos de ellos intrínsecos de este bipartidismo neo-liberal.
Como ya procuró Alfonso Guerra, Montesquieu murió en los primeros albores de nuestra restauración democrática, y la división de poderes en nuestro sistema queda muy bien en los libros de texto y estudio, pero es una quimera en la España real, donde el cruce de intereses políticos, económicos y corporativos, está por encima de los intereses de la sociedad española.
En el poco más de un año de Gobierno de Rajoy, la mayoría de sus reformas y leyes tienen difícil encaje constitucional y legal; desde la Reforma Laboral, la de la negociación colectiva, las tasas judiciales, el co-pago farmacéutico, la amnistía fiscal, el euro por receta, los recortes de pagas extras a empleados del sector público,… todas han contado con reparos o informes desfavorables del Consejo de la Abogacía del Estado, de todas las Asociaciones Judiciales, el Consejo de Estado, la Audiencia Nacional e incluso el propio Tribunal Constitucional.
Este divorcio entre política y justicia, es la constatación de que el nuevo modelo social y político que se está imponiendo desde el poder financiero, no persigue ni la Justicia, ni el Buen Gobierno, ni la Democracia ni el bien común, simplemente la subordinación de la sociedad a ese nuevo becerro de oro.
Cómo decíamos, el hecho de que las disputas políticas se acaben resolviendo en los tribunales, es la evidencia de que quienes ejercen el poder lo hacen a través de la política de los hechos consumados, primero cometemos la tropelía y luego a pleitear de tribunal en tribunal hasta que alguno nos dé la razón o el tiempo lo cure todo. Es la perversión del principio de autoridad, por el del autoritarismo.
Pero si grave es esta adulteración del orden democrático y moral, todavía es más grave el uso de la legitimidad del poder conquistado democráticamente, para la extensión de la Injusticia mediante el BOE.
Desde que en mayo del 2.010, Zapatero iniciara la senda de los recortes y el fundamentalismo neo-liberal continuado por Rajoy, todo en éste país se ha hecho para rebajar el déficit público del Estado, ¿y cuál es el resultado?, el déficit en el 2.010-2.011 quedó rondando el 10%, una cantidad similar a la del 2.012, si incluimos las ayudas públicas a la Banca.
No hemos avanzado nada en el combate del déficit público y hemos aumentado la deuda, pero hemos creado casi tres millones de nuevos parados, hemos duplicado el número de hogares con todos sus miembros en paro, hemos escalado en pobreza y desigualdad social a cotas indecentes, y peligra todos los sistemas de protección social, incluida las pensiones, por la caída del número de cotizantes a la seguridad social, que en enero del 2.013 es inferior al de diciembre de 2.003, una década perdida para nuestro país que difícilmente podremos recuperar a medio plazo.
Hoy en España la Injusticia y la incertidumbre social se ha convertido en una jugosa oportunidad de negocio, y es esa Injusticia la que inspira toda la acción legislativa del Gobierno de Rajoy, la troika de la UE y sus hombres de negro, que siguen exigiendo sacrificios sociales a las empobrecidas clases trabajadoras de Europa.
Instalados en la recesión y la crisis social, ahora se trata de aparentar un giro en la política europea, reclamando a Alemania políticas de estímulo y crecimiento, que luego se niegan al sur de Europa y países “rescatados”, el propio Rajoy le niega a CCAA y ayuntamientos un poco flexibilidad en los objetivos de déficit, que el sí ha mendigado a la UE.
En conclusión, el espectáculo de idas y venidas por los juzgados, es la consecuencia de la degradación absoluta de un modelo político en el que la corrupción ha sido un motor económico y de cambio social, es la orgía del Capitalismo.
O sea que Alfonso Guerra se cargo la división de poderes, (total na…) como dicen en mi pueblo. Un análisis que comienza de esa forma no me merece ninguna credibilidad por ausencia de imparcialidad. El sr. Ramírez escribe en la misma longitud de onda del resto (el envoltorio social es su particular literatura)
Excelente reflexión de la actualidad.
La actuación de IU en Andalucía no se puede decir que haya sido modélica en nada. Y menos en el caso de los ERE. Y parientes y amigos colocándose en los puestos.
En cuanto se llega al poder ya sabemos lo que hay.