Armas de Construcción Masiva

Jorge Sánchez-Manjavacas Mellado (@jorgekoine).- Es verdad que el ser humano ha cometido tropelías en nombre del Progreso, y en algún caso en nombre del Bien y de la Verdad. Y que dichas acciones se han traducido como desigualdad para sus semejantes. También es cierto que muchos seres humanos luchan casi a diario para incentivar dichas injusticias  y para promocionar al rico para que sea más rico y el pobre, de forma indirecta, más pobre.

Pero si hay algo que el hombre ha creado con la técnica y que ha favorecido la igualdad de todos los seres humanos es Internet y las redes sociales. Estas dos armas de construcción masiva han favorecido por un lado una cultura Wiki o de la información libre y gratuita. En una sociedad en la que la información es un arma muy poderosa que haya gente que se dedique a facilitarla altruistamente dice mucho de la humanidad. Por no mencionar a todas las personas que han favorecido lo que se ha venido a llamar como “software libre” es decir programas para ordenadores de forma gratuita. Linux por ejemplo es el gran enemigo de Microsoft, porque ha favorecido esta gratuidad y esa libertad de uso de la técnica.

Las redes sociales han sido la última y más necesaria herramienta de viralidad, han sido la autopista de toda esta información Wiki que se ofrecía.

Un ejemplo de solidaridad fue, seguro que ya no os acordaréis, el de Wikileaks de Julian Assange. Una persona que comenzó de forma radical lo que hoy han venido a llamar los gobiernos como “transparencia”. Su misión no era otra que esta: “abrimos a los gobiernos” («We open governments.«).

Otro ejemplo que evidencia mi tesis es la gran movilidad que han tenido los movimientos sociales desde el 15-M o el movimiento Anonymous, ambos movimientos quienes luchaban, tanto en la calle manifestándose o por ataques a páginas Web de diferentes entes institucionales o partidos políticos, por un libertad de opinión, una veracidad en la información transmitida.

Parece necesario esclarecer un problema en esta idea. Y es que quien no tiene suficiente dinero para pagarse un ordenador o portátil y una conexión a Internet no puede ser partícipe de estos instrumentos de igualdad y participación.

No lo voy a negar, seguimos siendo muy egoístas y no abrimos nuestras claves de Internet porque “es nuestro y nosotros lo pagamos” pero volvemos al mundo analógico y parece ser que aquí la igualdad se difumina frente al capital.

Hoy es imposible concebir un mundo sin ciudadanos luchando por la igualdad social aquí y en las sociedades de todo el mundo, más allá de los intereses económicos o por la vida armónica entre humanos y naturaleza y no esta Era de la Estupidez en donde hemos vivido como los poseedores absolutos de todo lo que nos rodeaba. Pero si hay algo que debemos tener presente es que estas nuevas formas de reivindicación y crítica no habrían sido posibles sin unos avances tecnológicos como los que hoy tenemos ¿Estamos viviendo el comienzo del cambio de paradigma de lo real?