La concejal de Consumo, Soledad Fernández, ha recordado en rueda de prensa que solo el precio es el que se rebaja, no la calidad del producto. Fernández ha recomendado hacer una lista de compras y fijar un presupuesto máximo para evitar despilfarros innecesarios.
Daimiel Noticias.- Para que la llegada de las rebajas no suponga nada más que un ahorro en nuestras compras, la delegación de Consumo, a través de su concejal responsable, Soledad Fernández, ha recordado en rueda de prensa las principales premisas que debemos tener en cuenta ante este periodo. Tras apuntar que la nueva legislación de Comercio Minorista permite que las rebajas puedan hacerse durante todo el año (algo que todavía esta pendiente de desarrollarse en Castilla-La Mancha), Fernández ha recalcado que las rebajas suponen una reducción del precio de los artículos, en ningún caso una rebaja en la calidad de los productos.
Al mismo tiempo, anotaba que esta modalidad de venta debe durar obligatoriamente un mínimo de dos semanas y un máximo de dos meses y que los productos rebajados deben haber formado parte de la oferta habitual del establecimiento durante, al menos, un mes. A estas consideraciones generales, la concejal de Consumo añadía que los comerciantes deben respetar su propia política de ventas y publicidad, es decir, si durante todo el año un establecimiento admite devoluciones, tendrá que aceptarás también en época de rebajas, salvo que señale expresamente lo contrario de forma clara y visible.
Así las cosas, Fernández también aclaraba que cuando un comerciante acepta devoluciones de productos en buen estado es libre para decidir si los cambia por dinero o por «vales»: que debe reembolsar el precio que el producto tenía cuando fue comprado y no el precio inferior que pudiera tener en rebajas; y que, «muy importante, la garantía de un producto se mantiene siempre».
Con todo ello, desde la OMIC se aconseja fijarse bien en las indicaciones expresas para la época de rebajas, preguntar antes si admiten devoluciones, por supuesto guardar el ticket de comprar e intentar, en caso de irregularidad, resolver el problema amistosamente. Si no fuera así, se pueden pedir las hojas de reclamaciones pertinentes y presentar reclamaciones en la OMIC o en los servicios de consumo provinciales o autonómicos.
Por último, la concejal insistía en la utilidad de «comprar con criterio estableciendo una lista de compras y un presupuesto máximo» para evitar un abuso de la tarjeta de crédito.