Estanislao Z.Navas.- Con la descripción del espacio arquitectónico que mostramos en el día de hoy, se completa la tríada de templos más representativos de Ciudad Real (recuérdese la Catedral en “De emita a basílica” y la iglesia de Santiago en “La iglesia vigilante”).
Localizado en el sector central del núcleo urbano de Ciudad Real, en la Plaza de San Pedro, delimitada al norte por la calle Lanza, al oeste por la calle Ruiz Morote, y al sur por la calle General Rey; este edificio, desde un punto de vista formal, permite pensar en él como una obra realizada en la segunda mitad del siglo XIV y finalizada en el XV. No obstante, habría también algunas reformas posteriores. La iglesia de San Pedro fue declarada Monumento Histórico Artístico el 20 de junio de 1974, y Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento el 7 de junio de 1994.
Desde su construcción, ha sido objeto de sucesivas remodelaciones que han supuesto el añadido de nuevos elementos y la supresión de otros y que han dado como resultado el aspecto que el templo presenta en la actualidad.
La fachada de los pies está dividida en tres compartimentos por medios de dos grandes contrafuertes. En el ángulo que forma la fachada de los pies con la fachada norte hay otro contrafuerte, mientras que en la esquina con la del lado sur se levanta la torre. Ésta fue construida a finales del siglo XVII, aunque el chapitel no se colocó hasta el último cuarto del siglo XVIII.
La fachada del lado norte se encuentra reforzada por gruesos contrafuertes que fueron revestidos, probablemente en época posterior a su construcción para evitar su ruina, por unos refuerzos en forma de tambor que dan aspecto de fortaleza a la iglesia. De los cuatro compartimentos en los que está dividida la fachada, el más occidental presenta un rosetón ojival pequeño; el centro, la puerta, y los más orientales ventanas ojivales pareadas.
La fachada sur fue modificada a finales del siglo XV cuando se construyó la Capilla de don Fernando de Coca. Así, en la mitad oriental de la fachada sobresale la capilla de planta cuadrada, flanqueada por cuatro torres en las esquinas. En los muros de la capilla, que terminan en un alero sobre ménsulas, se abren ventanas góticas adornadas con arabescos.
La iglesia consta de tres puertas: la Puerta del Perdón, orientada al Oeste, la Puerta de la Umbría, al Norte, y la Puerta del Sol o Mediodía, al Sur. Las más hermosas e interesantes son la del Perdón y la de la Umbría.
La de los pies, llamada del Perdón, se encuentra encuadrada por dos molduras verticales que llegan hasta el bocel o toro que cierra la portada por la parte superior. Esta puerta está formada por un arco de medio punto adentellado y rodeado por otros cuatro arcos apuntados que se van abocinando y que presentan decoración de florones. Los arcos reposan en esbeltos fustes a los que se unen por medio de capiteles decorados con hojas de cardo, muy características del estilo gótico, en bajorrelieve. Dichos capiteles tienen su continuación a lo largo del compartimento central de la fachada oeste por medio de una moldura rectangular que llega hasta los dos contrafuertes redondeados. Los arcos que forman la puerta se encuentran rodeados, al igual que ocurre en la fachada del lado norte, por una crestería que termina en una cruz en la zona de la clave. En la actualidad han desparecido las estatuas que irían colocadas sobre las dos ménsulas que todavía pueden apreciarse a ambos lados de la puerta. La parte de la puerta que se encuentra en el interior de la iglesia fue reformada en el siglo XVII.
La portada del lado norte o de la Umbría está formada por un arco angrelado, rodeado por tres arcos apuntados y decorados con florones que se van abocinando, y se encuentra coronada por una crestería semejante a la de la puerta del Perdón. Los arcos descansan en capiteles que presentan decoración de racimos y hojas. Sobre la portada se abre un rosetón que se encuentra descentrado con respecto al ángulo de los arcos.
La puerta del Mediodía es la menos interesante y elaborada de las tres. Está formada por arcos abocinados con los que forma eje una ventana geminada.
A finales del siglo XVIII se levantó delante un porche que en la actualidad ha desaparecido como consecuencia de las sucesivas restauraciones que ha sufrido la iglesia.
Su interior es monumental. Consta de planta basilical de tres naves, la central es más alta que las laterales. Las naves se encuentran separadas por arcos apuntados que descansan sobre seis pilares rodeados de ocho medias columnas con capiteles decorados con hojas. Sobre cada uno de los arcos hay un rosetones ojivales que permiten que la luz entre a la nave central.
En los pies de la iglesia se construyó el coro (la parroquia contrató su construcción en 1615 con el arquitecto Antonio Fernández, de Ciudad Real). También, en la nave central, se encontraba el altar de Nuestra Señora de la Guía, de estilo churrigueresco, dorado en 1765, donde se encontraba la Virgen de la Guía, sobre una silla de plata de espaldas al altar mayor. Contaba con un órgano construido en 1762 por Lorenzo Fernández Dávila, organista mayor del rey.
Este templo muestra un diseño plenamente gótico, con planta basilical de tres naves -la central más ancha y ligeramente más alta que las laterales-, cada una de las cuales está compartimentada en cuatro tramos. Las bóvedas de las naves son de arista, con plementería de piedra las de los seis tramos centrales y los dos laterales del primer tramo, y plementería de ladrillo las tres de los pies. El tramo correspondiente al crucero, que no está marcado ni en planta ni en altura, está cubierto con bóveda de terceletes.
El edificio tiene un total de tres capillas laterales:
Por un lado, dos flanquean el ábside: la de Jesús el Nazareno por el lado del Evangelio -al norte del mismo-, y la de los Veras por el lado de la Epístola -al sur-. La de los Veras fue fundada por dicha familia a principios del siglo XVI y dedicada al Santísimo Cristo de la Oración y a Nuestra Señora de Guadalupe. Desde 1827 hasta la última restauración del presbiterio recibía culto en esta capilla el Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas, que hoy se encuentra en el altar mayor. Actualmente aquí se encuentran las imágenes del Sagrado Corazón de María y de San Antonio María Claret. La capilla cuenta en su interior con arcos góticos flamigeros en las bóvedas. En 1650 la capilla pasó a ser propiedad de la iglesia. Y la de Jesús Nazareno, llamada de San Juan Bautista, fue mandada construir por orden de Doña Juana Monzolo Treviño de Loaisa en tiempos de los Reyes Católicos como se puede observar en la bella reja isabelina del siglo XVI que da acceso a la capilla y que cuenta con el escudo de los RR.CC. en la parte superior. En el exterior, la capilla muestra dos escudos blasonados, aunque actualmente se encuentran muy deteriorados. En el interior hay arcos góticos flamígeros y bóveda estrellada, características de un gótico más avanzado. La portada está adornada con florones, figuras dantescas, carátulas, etc. En la jamba derecha del arco de entrada a la capilla se encuentra la imagen de santo al que se le dedicó la capilla originariamente. Desde inicios del siglo XIX se venera en su interior una talla de Jesús Nazareno (Antonio Illanes Rodríguez, 1940), que pertenecio al antiguo convento de Santo Domingo y otra de la Santísima Virgen de la Misericordia (Juan Ventura, 1989).
Y por otro, la tercera capilla, y la de mayor valor artístico del conjunto, es la Capilla de los Coca, también conocida como Capilla del Sagrario. Situada junto al extremo oriental de la nave de la Epístola, fue construida a finales del siglo XV por orden de D. Fernando Alonso de Coca, capellán de los Reyes Católicos. Fue erigida de nueva planta en el siglo XV rompiendo el lienzo del muro sur de la Iglesia de San Pedro, una construcción de tres naves de los siglos XIV y XV, del que solo ha permanecido como testigo la ventana alta original ornada con tracería de doble arco lobulado y rosetón bajo el apuntado de encuadramiento. El acceso a la capilla desde la nave de la iglesia constituye una fachada interior, de mayor ambición que calidad de labra, si bien de aparatoso efecto. Forma su estructura un gran arco semicircular con arquivoltas distanciadas, en cuyos registros, compartimentados por baquetones rectilíneos que dibujan un trazado rectangular, se dispone la decoración vegetal, motivos de basta factura que se repiten en la ventana de la capilla.
Las figuras de los titulares de la iglesia (San Pedro y San Pablo), en sendas hornacinas laterales, son nuevas, sustituyendo a las originales desaparecidas en 1936. El tímpano ostenta las armas del prelado presentadas por ángeles tenantes. La capilla cuadrada de 6,80 m. de lado, en sus muros de mampostería, tiene una sola ventana semicircular que se adorna con follaje de carnosas rosáceas de largos pétalos repetidas también en el exterior, las mismas que decoran la puerta. Una bóveda de terceletes con ligazones cierra este espacio; sus plementos de piedra perfectamente escuadrada se apoyan en nervios moldurados con los perfiles habituales en las construcciones del siglo XV y descansan en grandes ménsulas angulares que muestran repetidamente el escudo del fundador sostenido por ángeles alados; bajo sus redondos ábacos se han representado un haz de heno, tres aspas seguidas y frisos de flores. En el exterior destacan los grandes contrafuertes circulares que refuerzan los ángulos, y los muros culminan en un estrecho alero recorrido por bolas, rosetas y pequeñas cabecitas; en el del lado Oeste se conserva, en tan mal estado que impide prácticamente su reconocimiento, una imagen que parece representar una figura sosteniendo un escudo. La decoración de la capilla en el interior es completa desde el punto de vista de su finalidad funeraria y de una riqueza de materiales y labra verdaderamente destacable. Fueron realizados el sepulcro de alabastro del fundador, dos lápidas de sus padres en el suelo, en el centro de la capilla ante el altar, y un retablo de alabastro en el testero absidal, además de la reja que, aplicada a la ya dicha monumental y labrada portada, aisla y privatiza el oratorio del resto de la iglesia.
Las obras, dirigidas por los arquitectos Eusebio García Coronado y José Luis Alía Miranda, del Estudio Alía-Coronado de Ciudad Rea promovidas por el Obispado de Ciudad Real y la Consejería de Educación, Ciencia y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, han sido financiadas con cargo a los fondos para rehabilitación de templos incluidos en el Convenio de la Comisión Mixta entre la Junta de Comunidades y la Iglesia Católica. Los trabajos de ejecución se desarrollaron entre los meses de septiembre de 2010 y abril de 2011.
Se realizó la limpieza y consolidación de los paramentos exteriores, se llevó a cabo la reintegración volumétrica de las partes desaparecidas de obra de cantería en cornisas, basamentos, capiteles, ventanas, puertas y rosetones deteriorados, tanto al interior como al exterior del edificio, se repasaron las cubiertas de teja exteriores, y se acometieron trabajos de refuerzo de los pináculos, y reposición de vidrieras y finalmente se realizaron labores de tratamiento de la rejería de las capillas, algunos retoques de restauración de la policromía de los retablos, y la revisión de las instalaciones de iluminación interior y exterior.
Estas obras han respetado los valores del edificio como documento histórico y como elemento singular de la arquitectura religiosa de la ciudad, para lo que se ha seguido un criterio de mínima intervención.
La ejecución de los trabajos realizados se vio fundamentada en la elaboración de mapas de patologías para cada paramento -con indicación precisa de las zonas de intervención y de los tratamientos a aplicar en cada una de ellas-, y realización de estudios analíticos previos de carácter exhaustivo y múltiples pruebas de color y acabado con anterioridad a la ejecución de los trabajos de consolidación y reposición de mampuestos, reintegración de volúmenes, eliminación de morteros inadecuados y posterior rejuntado de las fábricas.
Por último, a modo de recuerdo, podemos observar en estos días los motivos navideños aparecidos en la iluminación exterior, tal como aparece en la siguiente fotografía.
¡FELIZ SALIDA DEL 2012 Y MEJOR ENTRADA AL VENIDERO 2013!
HEMOS VUELTO A LOS ARTÍCULOS HACIENDO UN SEGUIMIENTO DE LAS LINDEZAS PATRIMONIALES DE NUESTRA CIUDAD. HE DE RECONOCER QUE ESPERABA UNA MENOR ACOGIDA AL RESPECTO, AUNQUE VEO QUE HAY PERSONAS QUE LO SIGUEN CON CIERTA FRECUENCIA. SÓLO ME QUEDA DAR LAS GRACIAS EN MI NOMBRE Y EN EL DE MIS COMPAÑEROS (EL PERIÓDICO NO ES COSA DE UNO COMO HABRÉIS OBSERVADO), Y APROVECHO PARA DESEAROS UNA BUENA SALIDA DEL 2012 Y UNA MEJOR ENTRADA EN EL NUEVO 2013!!! ¡¡¡HASTA EL AÑO QUE VIENE, PUES!!!
SIGUE ASÍ, INTERESANDOTE POR EL ESCASO PATRIMONIO QUE QUEDA EN LA CIUDAD, DONDE EL ESCASÍSIMO INTERÉS POR ESTE DURANTE DECADAS HA HECHO DESAPARECER A ESTE EN SU INMENSA MAYORÍA DE ESTA CIUDAD DE FUNDACIÓN REAL.
SEGUIRTE Y APLAUDIRTE LO HARÁN POCOS, POCOS APRECIARÁN TU TRABAJO, PERO ASÍ ES ESTE CAMPO DE LA CULTURA PORQUE POR EJEMPLO ¿A QUIÉN LE INTERESAN UN MONTON DE PIEDRAS EN MEDIO DEL CAMPO?, ME REFIERO A LA ARQUEOLOGÍA COMO CIENCIA Y METODO PARA APRENDER DEL PASADO Y MEJORAR EL PRESENTE Y FUTURO, …..PUES COMO TE DECÍA SABIO ESTANISLAO CON EL PATRIMONIO ARQUITECTONICO, ETNOLÓGICO,EC. OCURRE LO MISMO, PERO ÁNIMO Y SIGUE INFORMÁNDONOS DE TEMAS SIMILARES.SALUDOS.
ENCANTADO SR QUEEN73 DE VOLVER A VER SUS COMENTARIOS DE ALIENTO POR ESTA PEQUEÑA LABOR DE INFORMACIÓN PATRIMONIAL ACERCA DE TODO AQUELLO QUE MERECE LA PENA SER CONSERVADO Y QUE MUCHAS VECES ANTE CIERTAS ACTITUDES Y APTITUDES DE PERSONAS E INSTITUCIONES, LO PONES TOTALMENTE EN TELA DE JUICIO. EL TEMA DE LA ARQUEOLOGÍA, PARA LOS NO ENTENDIDOS EN LA MATERIA, COMO BIEN HAS DICHO SE REDUCE A UN MONTÓN DE PIEDRAS QUE ESTORBAN O BIEN QUE SON REUTILIZADAS EN MUCHOS CASOS. EL EJEMPLO DE CIUDAD REAL NO ES NINGUNA EXCEPCIÓN, YA SEA CON EL RECINTO AMURALLADO QUE ANTERIORMENTE EXISTÍA O BIEN CON LA AÚN SUPERVIVIENTE PUERTA DE TOLEDO.
DE NUEVO, AGRADEZCO TUS PALABRAS Y SEGUIMIENTO, PUES VEO QUE ESTOS TEMAS TE GUSTAN Y AL MENOS MI LABOR FORMATIVO-INFORMATIVA NO CAE EN SACO ROTO.
HASTA PRONTO.
UN SALUDO.