Gobernar solos… gobernar para nadie

Juan Fernando Ruiz Claver, Concejal del Grupo Municipal Socialista.- Que la voluntad de los ciudadanos determine  quiénes han de gobernar en cada una de las Administraciones Públicas, es un ejercicio democrático justo y saludable.

Que la mejor manera de elegir a los responsables políticos en cada pueblo, ciudad, región o nación es el Sufragio Universal  libre y democrático, es indiscutible.

Pero que los designados  en las urnas confundan el respaldo popular con un “cheque en blanco” para hacer de su capa un sayo, es cuestión diferente.    En nuestra capital, el Partido Popular que lidera Rosa Romero cuenta, es evidente, con el respaldo mayoritario de los vecinos /as de Ciudad Real, es claro ejemplo de esta mala práctica.

El problema está en aprovecharse de esta confianza que los ciudadanos otorgan, ilusionados, (más en estos complicados momentos),  ante las “promesas milagrosas” de un programa electoral  repleto de soluciones inmediatas, utilizándola  como excusa de gestión autoritaria, que empieza por incumplir, punto por punto y sin pudor, todo aquello antes prometido.

Esta actuación de gobierno marcada por la arrogancia choca frontalmente con los principios de participación y respeto que todo dirigente debe defender.     Gobernar solos supone un descrédito, en primer término, a los profesionales y responsables técnicos que realizan el trabajo real de cada departamento, despreciando así el conocimiento aportado  en el ejercicio de su excelente trabajo.    También desacredita a los grupos de la oposición, que, no olvidemos, representan a un numeroso núcleo de población que tiene derecho a pensar diferente.    Y fundamentalmente supone un desprecio a los ciudadanos; a los vecinos que día a día sufren en sus carnes las consecuencias de una mala gestión local.

Gobernar solos impide la crítica y pretende ocultar en la falta de transparencia las carencias reales de quienes no pueden, porque no saben, conducir una ciudad a buen puerto.

Gobernar solos es elaborar un reglamento de participación ciudadana en el que se limita la voluntad de los vecinos, suprimiendo los órganos que les representan,  en el que se dificulta la vida de las asociaciones, y en el que no se facilitan espacios para realizar estas actividades.

Gobernar solos es potenciar la privatización de los servicios de mantenimiento de jardines fuera de ronda, confundiendo al ciudadano con un incremento del ahorro irreal, a la vez que se desprecia el trabajo de técnicos y operarios que entienden otra forma de hacerlo.

Gobernar solos es plantear un servicio de vigilancia privada en el Ayuntamiento, argumentando ajustes económicos que nadie entiende, y descalificando de paso la labor de los Policías Locales que hasta el momento realizan esa función de forma ejemplar.

Gobernar solos es plantear un Plan de Ordenación Municipal desproporcionado, que nunca se llevará a la práctica porque responde a unas expectativas de ciudad inexistentes, en el que se ha derrochado el dinero de todos,   y que no cuenta con la opinión de los técnicos profesionales de urbanismo de la casa.

Gobernar solos es pintar de azul la capital, sangrando el bolsillo de los vecinos de la ciudad con la excusa de mejorar la movilidad y el tráfico, para conseguir recaudar un dinero que luego no consiguen, al tiempo que se modifican las líneas de transporte urbano, sin sondear el perjuicio que esto causa a los usuarios tanto de la capital, como de las pedanías.

Gobernar solos es privatizar el servicio de mantenimiento del alumbrado de la capital, con la excusa de mejorar el mismo ahorrando dinero, despreciando a los profesionales de la casa, ocultando únicamente la necesidad de ajustar un insalvable desajuste presupuestario.

Gobernar solos es desatender a los vecinos / as de las pedanías de nuestra capital, que pagan sus impuestos como el que más, sin recibir mejora alguna en sus condiciones de vida, en sus calles, o en sus accesos.

Gobernar solos es terminar sin pudor con las escuelas municipales de la capital, argumentando como excusa la falta de demanda, ocultando una insoportable subida de tasas con la intención de autofinanciar estas importantes actividades.

Gobernar solos es subir sin escrúpulos los impuestos y tasas municipales, incumpliendo las promesas electorales, sin pensar en la dramática situación por la que están pasando muchas familias de nuestra capital.

Gobernar solos es dedicar el dinero que la Diputación aporta para la mejora de infraestructuras en la capital en arreglar sin criterio los “problemas” de los Jardines del Prado, mientras los barrios de la ciudad siguen desatendidos y en lamentable estado.

Y así podríamos  seguir engordando  la lista de medidas que no cuentan con el consenso de nadie, ni falta que hace, pues, en opinión de este equipo de gobierno, solo su criterio es el que importa, nadie está cualificado para cuestionarlo y cuanto menos aportaciones, menos problemas.

En definitiva: Rosa Romero apuesta por la puesta en práctica de un gobierno en soledad, alejado de los problemas de cualquier colectivo, que solo cuenta con el respaldo de quienes están condicionados por las “migajas dinerarias” que estratégicamente reciben, y que tiene, en la mayoría de los casos, nefastos resultados para la ciudad y sus habitantes.

Y es que no cuentan con una cuestión fundamental: gobernar solos termina por ser, sin duda, gobernar para nadie.

Relacionados

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img