José Luis Gómez-Ocaña Pérez. Pressidente de la Plataforma Ley de Dependencia de Castilla-La Mancha.- Llevamos viviendo durante los últimos quince meses en una constante «fiesta carnavalesca» en la que nadie de nuestros gobernantes son lo que parecen. Da igual que el anfitrión sea el Sr. Rajoy o sus maestros de ceremonia, Sra. Cospedal, Sr.Herrera Campo, Sr. Varcarcel, Sr. Feijó.., todos, absolutamente todos, siguen intentando envolver a la sociedad española en un ambiente veneciano repleto de máscaras que impiden vislumbrar la auténtica realidad de lo que se esconde tras ellas.
Sin embargo muchos de los que se encargan de mantener esta constante mascarada no pueden evitar, fruto de la soberbia y prepotencia que les envuelve, arrojar de forma compulsiva la careta con la que comenzaron el baile.
Hoy otro de esos lacayos, estupendamente retribuído, ha decidido mostrar su verdadera cara y lo ha hecho de forma repulsiva e ignorante. El secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Juan Manuel Moreno, ha calificado de «carga» la cotización a la Seguridad Social por parte del Estado de mas de 150.000 cuidadores familiares de personas en situación de dependencia, ha considerado como «carga» el que miles y miles de españoles tengan un paraguas social que por otra parte cualquier gobierno digno tiene el deber de ofrecer a todos los que contribuyen a su mantenimiento.
No debería sorprendernos su actuación aunque sí su poca prudencia a la hora de plasmarlo. Calificar de «carga» la cotización a la Seguridad Social de los cuidadores de dependientes rememora hechos históricos en los que se exterminaba a todos aquellos que eran distintos, que tenían capacidades diferentes y a los que no podían utilizar hasta sacarlos la última gota de sangre. Esa época, que parecía superada, amenaza con volver bajo el «mantra» una y otra vez repetido de la crisis económica. Menguele sería feliz.
Además de su repulsiva expresión tendríamos que añadir su más absoluto desconocimiento e ignorancia sobre una ley, la Ley 39/2006 de promoción de la autonomía personal y atención a personas en situación de dependencia. Afirmar que esta ley no obliga al estado a pagar las cotizaciones a la Seguridad Social de los cuidadores familiares muestra como el dedo bobalicón de las designaciones de altos cargos suele tener como criterio de designación los servilismos y no la capacidad y el conocimiento. Quizás si el Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad al menos hubiera tenido la curiosidad de leerla o que alguien se hubiera detenido a explicársela si su intelecto se ve superado por su redacción habría comprobado como la misma obliga al Ejecutivo a hacerse cargo de las cotizaciones a la Seguridad Social del cuidador no profesional. Tal vez por ello su Jefa, la Sra. Mato, que ya tiene retranca el apellido para una ministra de Sanidad, legisló mediante Real Decreto de 13 de Julio de 2012 su expulsiòn.
Para rematar el «brillante» argumentario de todo un Secretario de Estado, D. Juan Manuel Moreno termina considerando a todas estas personas no trabajadores ya que no están incluidos en el Estatuto de los Trabajadores, He de confesar que he oído a Chiquito de la Calzada razonamientos con más sentido común. Evidentemente Sr. Moreno todas estas personas no quedan bajo el paraguas del Estatuto de los Trabajadores, en primer lugar porque cuando se redactó el mismo ni siquiera se vislumbraba una ley como esta, pero además Sr. Secretario de Estado si tuviéramos que incluirlo habría que añadir un nuevo apartado titulado DE LA ESCLAVITUD EN LAS PERSONAS DEPENDIENTES.
Es indigno y más viniendo de usted en función del cargo que ostenta hablar en estos términos de personas que han tenido que abandonar ,en muchos casos, el mercado laboral para cuidar 24 horas al día 365 días al año a seres humanos, si seres humanos Sr. Moreno, por la «digna» cantidad de 440 euros mensuales en el mejor de los casos. una cantidad 18 veces más pequeña que lo que usted percibe por realizar manifestaciones de tan alta consideración intelectual. Justificar la condición de familiar de los cuidadores para arrebatarles cualquier atisbo de vida digna seguramente le haga rememorar aquellos «tiempos felices y de placidez» de nuestra época predemocrática en la que a las personas con discapacidad había que hacerlos invisibles.
Sr. Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, la situación de dependencia no se elige, viene sobrevenida de un día a otro, aunque a usted seguramente no le preocupe como la haría frente económicamente.