Miguel Ramírez Muñoz, Coordinador Provincial de IU Ciudad Real.- La movilización social, la resistencia pacífica ciudadana, y desgraciadamente el suicidio de varias personas, han obligado a que tanto desde el Poder Judicial español y de la UE se inste al gobierno de España ha reformar la Ley Hipotecaria, una ley centenaria que evidenciaba el desamparo de los consumidores frente a la Banca y sus abusos.
La dación en pago, tomaba una fuerza motriz que incluso pensaban usarla el PSOE y el PP para tratar de recuperar la credibilidad perdida entre la sociedad. Sin embargo, la Banca ha vuelto a imponer sus condiciones al bipartito PPSOE, y las montañas parieron un ratón, un nuevo decreto insuficiente para solucionar el problema de cientos de miles de familias de nuestro país.
Queda el trámite parlamentario de la ratificación de este decreto, y esperemos que se mejore este decreto, aunque pocas esperanzas podemos tener, sobre todo cuando los representantes de la Banca en nuestro país, ya han marcado sus límites; nada que insinúe la posibilidad legal de dejar de pagar y saldar deudas, y lo que se necesita, dicen, es “más madera” (más casas y más hipotecas, en un país que ya tiene casi 6 millones de viviendas vacías sin vender).
Como decíamos, la dación en pago vuelve al debate político después de que el PSOE y el PP rechazaran varias iniciativas en este sentido que presentó IU en el Parlamento, y lo hace por la presión social, pero no nos engañemos, se necesitan más medidas políticas y jurídicas para solucionar el conflicto o contradicción de un país, que acumula millones de viviendas vacías mientras cientos de miles de familias y de jóvenes, quedan excluidos de su derecho constitucional a acceder a una vivienda digna, y en el que han sido los propios poderes públicos, quienes en lugar de estar al lado del débil, el ciudadano, han estado y están del lado del fuerte, Banca y promotores inmobiliarios.
Paralelamente a este debate, si estamos asistiendo a un fenómeno interesante y que nos afecta muy directamente. La troika de la UE se atasca en la emisión del nuevo tramo de rescate a Grecia, y la puede llevar a la suspensión de pagos en cuestión de días. Casi cuatro años después de que Grecia aceptara su intervención por parte del BCE, FMI y la troika, y llevara a cabo todas las reformas, recortes y ajustes que le iban ordenando, la situación no ha dejado de empeorar, tienen más paro, más deuda, más déficit, y se ha llevado por delante las pensiones, el Patrimonio Público, los servicios públicos, y la escasa cohesión social, y casi todo se lo ha llevado la Banca alemana y francesa, pero multiplicando por 10 su deuda soberana.
Varios economistas críticos, dijeron que sería más barato, para Grecia y para la UE, el condonar la deuda griega que su reestructuración y las consecuencias sociales y políticas de los ajustes impuestos. A día de hoy, se ha vuelto a evidenciar que la UE estaba equivocada, y que los economistas ajenos a la influencia de la Banca y sus agentes, tenían razón. También ha quedado claro a qué intereses sirven la UE, el BCE, los Gobiernos y los partidos que los sustentan.
La dación con pago en Grecia, ha consistido que han entregado su país; sus infraestructuras públicas; puertos, carreteras, islas, empresas públicas, sus sistemas de protección social, la dignidad de sus ciudadanos y de su democracia, para al final conducirla a la suspensión de pagos y con unas deudas impagables por la especulación contra su deuda soberana. Han entregado todo lo que tienen y aún así, siguen endeudados hasta las cejas, pero sin capacidad productiva y social para partir de cero.
Hoy España, un año después de la llegada de Rajoy, inicia su calvario griego. El PP ha puesto en marcha todas las reformas y recortes que le han impuesto, los mismo que a Grecia, y en igual intensidad, con la salvedad de que puede que ni nos llegue el rescate, de que al final no haya dinero suficiente para sostenernos, pero en el camino, algunos han hecho un lucrativo negocio, endosando su deuda al Estado, o recibiendo a precio de saldo las joyas de la Corona, nuestra Sanidad Pública, nuestro sistema de Pensiones y nuestras infraestructuras públicas; aeropuertos, carreteras, puertos, etc…
Como cientos de miles de familias, Grecia y España han entregado todo lo que les da sentido como país, su integridad social y territorial, con la esperanza de hacer frente así a las deudas provocadas por los mismos que van a salir ganando con esta crisis: la gran Banca y los grandes fondos de inversión, y a pesar de entregarles todo, la deuda sigue y aumenta, al igual que nuestra indignación como ciudadanos. El STOP DESAHUCIOS, deben configurarse en una expresión a escala nacional, en un STOP EXPOLIO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO. Ese era el sentido del 14-N, y de las próximas movilizaciones que sin duda surgirán.