Alberto Lillo López-Salazar. Ayuntamiento de Ciudad Real.- En su día y producto de las nuevas inquietudes que los ciudadanos estaban abanderando como suyas, por esa alegría y ganas de superación, de conocimiento, de valoración personal del desarrollo humano, de formarse, de avanzar, de enseñar a nuestras nuevas generaciones el amor por el aprendizaje, se fueron conformando en nuestras ciudades proyectos formativos que acercaban a los ciudadanos las disciplinas que por múltiples razones de diversa índole, hasta ahora no se habían podido conseguir: Universidades Populares, cursos formativos municipales, escuelas de cultura, pintura, música, … Escuelas Municipales que ofrecían una enorme oportunidad cultural y social a nuestros jóvenes y a nuestros mayores.
Conocimiento en definitiva. Alegría por la superación, entendimiento en la racionalidad, solidaridad con el que no sabe, apertura a otras miradas, en fin, aquellos valores que nos enseñaron a amar en nuestra juventud y que persisten en lo más íntimo de nuestra naturaleza.
Pues bien, en estos días en los que la tristeza planea sobre los cuerpos de miles y miles de nuestros vecinos, donde la desesperanza campa por sus respetos pero sin respetar a nadie, cuando es difícil sobrevivir con alegría y con ánimo puro de superación, nos quitan algo mas que una Escuela Municipal. Nos quitan la inquietud, nos vuelven a situaciones que creíamos que habíamos desterrado de nuestra historia y cada vez más, nuestros deberes aumentan. Nuestros impuestos, tasas y precios públicos nos empujan hacia el rincón oscuro de nuestro conocimiento mientras que los derechos -los que a base de un titánico esfuerzo de nuestros mayores habíamos conseguido- caen como enormes piedras sobre un pozo oscuro, sin salida, sin final.
Una vez más, nuestra alcaldesa falta a su programa electoral. Abandona en principio la Escuela Municipal de Música. No, si nosotros no cerramos, echemos la culpa a alguien como siempre…, “es que había pocas solicitudes”. Y se quedan tan panchos, es más, orgullosos de la salida airosa que le han dado a tan tremendo lío, a tan enorme mentira.
No son conscientes del mal que hacen. Lo primero por el engaño manifiesto a los ciudadanos que indudablemente, son conscientes de que les están mintiendo, sino por cómo truncan ilusiones, años de preparación musical, de futuro de los más jóvenes que habían iniciado sus estudios con ellos; de la tristeza ocasionada en las personas más mayores, que ven que el tren pasa por la estación y ya no para.
No os merecéis el apoyo tan grande de una ciudadanía que os votó mayoritariamente con un programa que hace aguas y que no sois capaces de desarrollar con cordura, con el respeto que le debéis a este pueblo. Nadie os votó para que ahora hagáis de vuestra capa un sayo.
Ciudad Real, noviembre de 2012.