Santos G. Monroy.- Todo el mundo va desnudo debajo de la ropa. Incluidos nuestros políticos, tan figurines ellos. Muchos presumen de proclamas emperejiladas, y se adoban en grandes discursos, pero cuando llegan a casa y se quitan los alfileres del perifollo… no queda sino la pelusa en el ombligo.
Más de 70 ex altos cargos socialistas de Castilla-La Mancha, todos ellos funcionarios, pleitean ahora por los complementos de sueldo vitalicios de hasta 800 euros mensuales que ellos mismos se concedieron. En lo tocante a la manducatoria no hay grandes palabras, ni engoladas proclamas. No hay crisis, ni agravio comparativo, ni estado de emergencia, ni famélica legión que valga. No. En lo tocante al gulusmeo no queda sino batirse por el vil metal. La guita. La mosca. El unto de rana para irse de jarana.
Argumentan los socialistas que están en su derecho, y que el complemento vitalicio es para compensar la posible pérdida de promoción funcionarial que les haya acarreado su dedicación a la cosa pública. Mas el pópulo, harto de que unos pocos hilen tan fino para vestir de esparto al resto, y de escuchar el cacareo de quienes nunca han puesto un huevo… El pópulo, decía, se da cuenta de que aquí hay gato encerrado, y pillastre que pretende cobrar por lo no trabajado. Y como no está el horno para ese pollo pera, pues nada, que no cuela.
¿Están en su derecho? Jurídicamente están, aunque sea bajo un ordenamiento administrativo que ellos mismos construyeron. ¿Tienen la legitimidad? No tanto, si pensamos en las fatiguitas que tiene que soportar el común del español y en los mecanismos por los cuales algunos llegan a la cima de la política, que no son otros, y perdonen los inocentes, que la puñalada trapera, la lisonja, la cucamona y la carantoña.
En resumidas cuentas, y al margen de las adscripciones políticas, no son de recibo estas prebendas para la clase política cesada. Las regalías, por no hablar de los concursos públicos “a la carta”, atentan contra los principios básicos de igualdad, mérito, capacidad y concurrencia cuando el resto estamos a la cuarta pregunta.
Váyanse pues en buena hora los complementos vitalicios por lo no trabajado. Y que los tribunales digan misa, pero quien los siga aceptando quede marcado hasta que seamos todos iguales, desde zutano hasta mengano.
En Twitter: @santosgmonroy