Un año más, como cada octubre, se adhieren a la Semana contra la Pobreza que la coordinadora de ONGD de Castilla-La Mancha aprovecha para sensibilizar y movilizarnos ante unas cifras espeluznantes: 1.300 millones de personas viven en pobreza extrema y casi 1.000 millones pasan hambre.
Daimiel Noticias.- El grupo local de la Alianza contra la Pobreza se adhirió un año más a la Semana contra Pobreza que la Coordinadora de ONGD de Castilla La Mancha aprovecha para sensibilizar más, para movilizarnos y para exigir que se lleven a cabo las medidas necesarias para erradicar el hambre y la pobreza.
Benito Moreno, Alejandro del Moral, María Núñez y Juan Jiménez leyeron un comunicado donde se resalta que «la crisis no puede ser la excusa que nos lleve a olvidar a las personas que viven en los países más empobrecidos». Y es que en estos momentos, 1.300 millones de personas viven en pobreza extrema en todo el mundo y casi 1.000 millones pasan hambre y no tienen acceso al agua potable y a otros servicios básicos como salud y educación.
En ese mismo comunicado las ONGD dejan ver su malestar porque «Castilla-La Mancha ha pasado de ser una de las regiones más solidarias a dar la espalda a las personas y pueblos más empobrecidos. El porcentaje destinado a Cooperación pasa de un 0,47% en 2010 a un insignificante 0,008% en 2012. En 2013, el presupuesto a Cooperación queda en un mísero 0,01%».
A continuación, defienden que «las personas han de ser lo primero, los mercados no pueden dirigir el mundo ni las vidas de todas las personas. Nuestros gobiernos tienen que dar la talla, haciendo que el centro de las políticas públicas sean las personas no el lucro sin límites o la protección de los más ricos».
Así las cosas reclaman, entre otras alternativas, que la lucha contra la pobreza sea una política regional y se busque alcanzar el consenso; el cumplimiento del compromiso de dar el 0,7% del presupuesto para Ayuda al Desarrollo en 2015; o la creación de un impuesto a las transacciones financieras internacionales, la eliminación de los paraísos fiscales y la persecución de la evasión fiscal, para obtener fondos suficientes para mantener las políticas sociales, de desarrollo y medioambientales, regular a los mercados y controlar a las instituciones financieras, que han debilitado las economías de todos los países y han causado la crisis».