Nota de prensa de CSI·F.- Buena parte de los castellano-manchegos que siguen la actualidad saben que durante los últimos 25 años de gobierno socialista en la región, una inmensa mayoría de altos y medios cargos eran ocupados, de manera invariable, por miembros del sindicato CC.OO.
Aparte de ocupar direcciones generales, delegaciones, coordinaciones, multitud de puestos de confianza, son muy conocidos los casos en los que un presidente de junta de personal por CC.OO (José Valverde) pasaba directamente a ser Consejero de Educación y de Presidencia, o el caso de otro reconocido dirigente de dicho sindicato de clase (Juan Antonio Mata) que era nombrado presidente del Consejo Económico y Social, un chiringuito con el que Barreda le premió los servicios prestados a “la causa”, sin olvidar los consejeros de CC.OO. que participaron en el hundimiento de Caja Castilla-La Mancha (CCM) o los numerosos sindicalistas nombrados para dirigir empresas públicas generadoras de despilfarro sin límite.
Para CSI·F resulta de un cinismo sin precedentes que ahora, cuando se ven forzados a abandonar sus cargos, destacados miembros de CC.OO arremetan rabiosos contra cualquier empleado público (poquísimos de CSI·F o de otros sindicatos independientes) que sea nombrado para un modesto puesto de nivel A2 u obtenga comisión de servicio para un puesto de superior categoría, dentro de su ámbito específico de trabajo al que ya accedió por concurso de méritos.
CSI·F resalta que numerosos miembros de CC.OO. tras ser cesados, volvieron a ser beneficiados con el complemento de alto cargo –que por fin ya ha sido retirado gracias a la presión de CSI·F- y recuerda, además, que muchos de los cientos de altos cargos de CC.OO. en Castilla-La Mancha durante los pasados 25 años, ni siquiera eran empleados públicos, es decir, no habían entrado en la Administración pública ni por oposición ni a través de ningún otro proceso selectivo que respetará los requisitos constitucionales de igualdad, mérito y capacidad.
Ajenos a nombramientos
CSI·F quiere dejar claro que no tiene nada que ver con ningún nombramiento; eso es cosa de las personas afectadas, ajeno, totalmente, al sindicato. Nuestra independencia es irrenunciable y nos enfrentamos con la misma actitud a gobiernos de cualquier signo político.
Desde CSI·F mantenemos con insistencia nuestra postura constante e invariable de que los puestos de trabajo de la JCCM, de cualquier nivel, deben ser ocupados siempre por concurso de méritos y entre empleados públicos.
Por último, CSI·F pide a CC.OO. que asuma que no tiene patente de corso en los nombramientos, que olvide su sectarismo excluyente y respete a los funcionarios, laborales y estatutarios de la JCCM. Lo bueno es que estamos ante un colectivo que tiene criterio y memoria y que no pueden engañar con tan descarada y cínica mendacidad.
Que poca verguenza tiene el Csif cuando ha defendido a los trabajádores?solo se ha preocupado del gruo A y de estar en los puestos en los que podian conseguir algo..