El Hospital General ‘La Mancha Centro’ de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), dependiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, ha acogido hoy la celebración del Día Mundial del Riñón, que este año lleva como lema ‘Riñones para vivir’ con el que se pretende concienciar a la gente sobre la importancia de la donación.
La presentación ha contado con la presencia de la coordinadora de la Asociación provincial para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (ALCER) en Alcázar de San Juan, Ana María Leal; quien ha estado acompañada por el director médico del Mancha Centro y concejal de Sanidad, Juan Sánchez Espinosa; así como por la responsable de Nefrología del centro sanitario, Rebeca García; y las coordinadoras de trasplantes del centro hospitalario, Carmen Martín y Felicidad Romero.
Tanto la Dirección del Hospital Mancha Centro, como los profesionales sanitarios implicados en la donación de órganos y atención de enfermos renales, han manifestado nuevamente su apoyo a la delegación local de ALCER en Alcázar, con cuyos responsables mantienen una estrecha colaboración desde que se creó en 2010.
Para dar a conocer a los ciudadanos la campaña correspondiente a la celebración del Día Mundial del Riñón, la asociación ALCER ha instalado una mesa informativa en el vestíbulo principal del Hospital Mancha Centro en la que han informado y atendido las dudas de todos los usuarios que se han acercado. Los niños serán los protagonistas el sábado en la Plaza de España del municipio alcazareño, donde podrán dibujar lo que para ellos representa la donación.
Se puede vivir con un riñón
¿Por qué tenemos dos riñones si podemos vivir perfectamente con uno? Ésta es la pregunta con la que este año ALCER quiere descubrir la percepción que los ciudadanos tienen sobre el tema y al mismo tiempo que concienciar e informar de que es posible vivir con un riñón. Según la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en España actualmente unas 24.000 personas viven con un riñón trasplantado gracias a que en su día lo recibieron de una persona fallecida o viva.
Desde ALCER quieren transmitir que se puede vivir con un riñón y que, de hecho, hay muchas personas viviendo así gracias a la solidaridad. Pero sobre todo se quiere subrayar la felicidad que sienten las personas que dieron el consentimiento para la donación de un familiar fallecido y las que estando vivas donaron un riñón. Dos situaciones completamente diferentes pero que, según los expertos, coinciden en un aspecto: la satisfacción que les queda de por vida al haber ayudado a vivir a otra persona.
Según ALCER, no se tiene constancia de familiares o donantes descontentos con su gesto y si por el contrario de algún grado de arrepentimiento en el caso de las donaciones de cadáver, cuando ante el drama de los primeros momentos algunas personas se niegan a permitir la donación de su familiar y pasado un tiempo piensan que deberían haber actuado de otra manera.
Al igual que en años anteriores, desde ALCER señalan la importancia de hablar con los familiares sobre el deseo de cada uno a la hora de donar órganos. Esto permite que posteriormente la familia pueda estar segura al tomar la decisión que más se acerca a la voluntad del donante. La vida de muchas personas que están en lista de espera para recibir un riñón depende de la actuación de estas familias.