El Instituto Municipal de Cultura ha logrado reunir una extensa colección privada de obras de los hermanos Agustín y Gustavo Úbeda gracias a la generosa cesión realizada por algunos de sus familiares para la celebración de una exposición llamada “Dos pintores”, que se inaugurará el próximo viernes en el Museo Municipal y que podrá visitarse hasta el 8 de abril.
En concreto, las obras han sido prestadas por Sagrario y Enrique, hermanos de los artistas, y Concha, prima de todos ellos. En presencia de Sagrario Úbeda, la presidenta del Instituto Municipal de Cultural, María Jesús Pelayo, les agradeció su generosidad y la facilidad que han dado al Ayuntamiento para reunir todas estas obras en una exposición con la que se pretende poner en valor la obra de ambos hermanos, más desconocida en el caso de Gustavo Úbeda, que pasó gran parte de su vida en Sudamérica, donde sí adquirió fama y reconocimiento.
El caso de Agustín es diferente, dado que tiene obras repartidas por importantes museos de diversos países. En Madrid su presencia es muy importante en el Museo de Arte Contemporáneo, aunque sus trabajos se encuentran en lugares tan dispares como Ginebra o California.
Del total de 65 obras expuestas, la mayoría pertenecen a Agustín Úbeda, mientras que de Gustavo se podrán ver 14 óleos y siete piezas cerámicas. De Agustín habrá obras de toda su trayectoria, incluso algunas pertenecientes a sus primeros momentos, realizadas antes incluso de su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde obtuvo su primera titulación. Hay que señalar además que Agustín Úbeda nació en Herencia, aunque su vinculación con Alcázar de San Juan era muy estrecha hasta el punto de organizar su primera exposición en esta localidad en 1949.
María Jesús Pelayo animó a todos los vecinos y visitantes a visitar esta muestra, de la que destacó su carácter irrepetible porque será muy difícil volver a reunir tal cantidad de obras privadas en un mismo espacio.
Por su parte, Sagrario Úbeda señaló que había sido “un placer” ceder todas estas obras al Ayuntamiento, al que agradeció “que se acuerde” de sus hermanos, lo que consideró “un gran honor”.
De Agustín recordó que “desde que nació era pintor” por influencia de su padre, que también pintaba. “Se trasladó a Madrid y allí en seguida lo destacaron como un gran pintor, pero para mí siempre fue mi hermano, un hombre entrañable, un caballero”. En el caso de Gustavo, su hermana comentó que tenía un estilo completamente distinto. Con 25 años se fue a Sudamérica y cuando con el paso de los años regresó a España se sintió “desubicado” y se volvió a marchar. Sagrario Úbeda lo definió como “muy generoso” y destacó que era pintor, ceramista, escritor y poeta.