Varios autocares fletados por Ecologistas en Acción saldrán el domingo de Puertollano, Ciudad Real, Daimiel, Manzanares, Tomelloso y Campo de Criptana para recalar en Villar de Cañas (Cuenca) y unirse a la concentración en rechazo del ATC convocada por la Plataforma Contra el Cementerio Nuclear a las doce del mediodía.
Los riesgos del ATC para la población y el medio ambiente son los consustanciales a la producción energética nuclear en todo su ciclo, aseguran los ecologistas; «fugas radiactivas, intensidad del transporte de residuos nucleares y por tanto de percances, sabotaje terrorista, catástrofes naturales (terremotos) o provocados por el ser humano (choque de un avión civil), etc.Por si no fuera bastante, el cementerio nuclear se ubicaría en la cabecera del río Záncara, que atraviesa todo el acuífero 23».
A juicio de Ecologistas en Acción, es previsible la nuclearización de la comarca y de Cuenca en general, pues el almacén temporal centralizado atraerá la creación de infraestructuras y centros de investigación sobre energía atómica (que seguramente conllevaría la construcción de un reactor nuclear), incrementando exponencialmente algunos de las situaciones de riesgos descritas.
Otro aspecto no menos importante, añaden desde EA, es la falta crónica de cultura de seguridad de la industria nuclear, y la deficiente aplicación de los planes de evacuación y emergencia de la población civil, cuando los hay. «Nos encontramos pues ante una ruleta rusa que los 6 millones de euros por año vía subvenciones, pobremente compensan».
«Sabido es que el proceso de tramitación administrativa, culminado con la elección del Consejo de Ministros del pasado 30 de diciembre fue en todo caso irregular, opaco y resuelto en tiempo récord.El hecho mismo de que las candidaturas presentadas fueran precedidas de acuerdos municipales de apenas media hora y en un clima de tensión social entre partidarios y detractores, refleja lo mucho que nos falta en alcanzar un debate y contrato social en un asunto público y de estado crucial, como es el futuro de la energía nuclear en los programas de planificación energética».
Villar de Cañas y la Manchuela conquense tienen posibilidades, dicen los ecologistas, opciones y recursos más que suficientes para salir adelante, «lejos de peligrosas aventuras que hipotequen la seguridad, bienestar y futuro de sus gentes.La reactivación de auténticas políticas de desarrollo rural, fijando población y con apoyo y ayudas a emprendedoras, potenciando las pequeñas explotaciones familiares ligadas al territorio, el cooperativismo, los ciclos de comercialización cortos y sin intermediarios de sus productos locales (agrícolas, ganaderos, forestales y artesanales), junto al agroturismo y turismo de naturaleza, son alternativas al desarrollismo nuclear, sentenciado a muerte en todo el mundo tras el accidente de Fukushima-Daiichi de hace casi un año».