Desde que se despejó la incógnita de Sevilla y los socialistas eligieron entre el felipizapaterismo y el neozapaterismo y se quedaron «con lo malo conocido», las especulaciones por los nuevos-viejos rostros que lideren las regiones y las provincias no paran. Es verdad que la cosa se sustancia en un par de nombres, siempre un par, porque el tres, el tercero, o la tercera… parece estar proscrito en las filas socialistas.
Aquí en Castilla-La Mancha y Ciudad Real, tras Rubalcaba y Chacón, le toca el turno ahora a Jesús Martín-José Manuel Caballero por la secretaría provincial, a la espera que a Emiliano García-Page le salga el púgil de turno, si es que Nemesio de Lara se decide por sí mismo o por otro, o le planta batalla en la provincia muñendo la candidatura de Caballero, un barredista de proa y popa, cosa que no era, ni es, ni será, el actual presidente de la Diputación. Lógica de partido.
La ambigüedad, el decir sin decir, el amagar sin dar o el dar cuando ya todo está despejado. es una añagaza que se torna irritante. Por eso cuando sale un ejemplar como Francisco Álvarez Cascos en Asturias, el personal se queda descolocado. El presidente del Principado, no se anduvo con chiquitas y ante el callejón sin salida de los Presupuestos optó por devolver la palabra al electorado. Se podrá estar de acuerdo o no, pero más democrático, nada. ¿Que estamos en crisis? La democracia, como ya he dicho, es el régimen más caro porque es el mejor. Esa actitud de decisión inapelable se echa en falta en los dirigentes socialistas. En estos tiempos tan convulsos y cambiantes tanta estrategia de salón empieza a sonar desafinado y a déjà vû de lo déjà vû.
Del modo en que han transcurrido los acontecimientos, esa campaña preconcebida de «promociones Emiliano», tenía la vista puesta en ser la cabeza visible del socialismo regional, mientras jugaba al espontáneo en el ruedo de Sevilla. Pero a día de hoy tampoco ha dicho nada, es decir, me presento a dirigir el PSOE de la región, como tampoco ha dicho «ni sí ni no» Nemesio de Lara cuyo nombre ha sonado como una de las alternativas regionales, intriga que el todavía secretario provincial alimenta dejando la puerta a un posible sparring anti-Page.
La lógica de partido es una cosa, la lógica es otra. Reitero lo que en su día me dijo un socialista. La democracia española y la cultura de partido están huérfanas de gente con decisión, valiente y sin complejos que si se cree capacitada para liderar una organización dé el paso definitivo sin detenerse en prendas y más allá de lo razonable, en estrategias, cálculos y cuentas. Aunque se estrelle. Lo nuevo, lo sagaz, lo fresco… incluso lo temerario es captado enseguida por el común.
El PSOE necesita una refundación de tal calibre que no está en los escritos, pero queda demostrado que aun en circunstancias históricas sigue jugando a lo mismo: quitate tú que me pongo yo. Todo muy controlado por los aparatos saliente y entrante, que ahora prosiguen con el postcongreso en la penumbra de los despachos, donde Page y De Lara se amagan con sus respectivos pupilos… de momento.
En el PSOE la tercera vía ha quedado oculta bajo los matojos. Ellos sabrán. Son licenciados en la «lógica de partido».