Desde la plataforma queremos denunciar, públicamente, la situación por la cual tuvo que atravesar, el pasado jueves día 02 de febrero, uno de nuestros miembros en el I.E.S. El Greco (TOLEDO).
En un acto, al cual asistíamos miembros de esta plataforma, nos encontramos con una situación lamentable y humillante, donde una persona se vio claramente discriminada por las barreras arquitectónicas que allí nos encontramos.
No había un ascensor donde personas con movilidad reducida tuvieran la oportunidad de acceder a dicho salón de actos. Una de las posibles soluciones pasaba por utilizar el montacargas, el cual tampoco funcionaba. Curiosamente, había una rampa la cual daba a un portón que si comunicaba con el salón de actos, pero las llaves estaban desaparecidas.
Es humillante que una persona, como otra cualquiera que acudía a una reunión, se tuviera que ir a casa sin poder ejercer su derecho de asistencia y de libertad a causa de unas barreras arquitectónicas inadmisibles en un edificio de dichas características, más si cabe, siendo un centro público y educacional.
Desde esta plataforma exigimos a los responsables del centro, a las administraciones correspondientes y a las asociaciones que, por su labor, están implicadas, tanto directa como indirectamente en estos asuntos, se pongan a trabajar de forma inmediata para que situaciones como estas no se vuelvan a dar, ni en este ni, al menos, en ningún centro público, educacional, sanitario o social.
No hay que olvidar que los sueldos y subvenciones de todas las personas, tanto gubernamentales como asociativas, responsables de que no se den estas lamentables circunstancias, proceden del dinero de todos, incluyendo el de las personas con movilidad reducida, por lo que les instamos a que se ganen lo que cobran.
De no ser así, esta plataforma, «la cual no tiene ánimo de lucro ni recibe subvenciones», tomará las medidas oportunas y donde corresponda para evitar situaciones de humillación hacia personas que se encuentran con estas dificultades, las cuales ven como su libertad y derechos son pisoteados sin que los que tienen que evitarlo muevan un dedo para ello.