La gerente del Hospital Virgen de Altagracia de Manzanares, María Sierra Antona, presentó ayer su dimisión por «motivos personales». El centro hospitalario manzanareño es uno de los cuatro en los que el Gobierno regional pretende instaurar la polémica «gestión público-privada». Aunque Antona no se ha pronunciado sobre sus motivaciones, el gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), Luis Carretero, ha lamentado la dimisión, pero ha subrayado que «el proceso de relevo de altos directivos hospitalarios es una circunstancia normal que se produce cada cierto tiempo».
Carretero ha destacado la “excelente labor” que ha realizado Antona al frente del centro hospitalario y el “alto nivel de competencia, profesionalidad y de compromiso que ha demostrado».
En este sentido, Carretero dice que «el proceso de relevo de altos directivos hospitalarios es una circunstancia normal que se produce cada cierto tiempo, dada la fuerte carga de trabajo que tienen estos puestos, que suponen un fuerte sacrificio personal y profesional para las personas que los ocupan”.
No obstante, el responsable del SESCAM ha apuntado que “la doctora Antona seguirá ocupando la gerencia con plena normalidad”, hasta que se designe a “otra persona idónea para ocupar ese puesto”.
A juicio de Luis Carretero, «ni para Manzanares ni para ningún otro hospital de la red se está planteando una privatización, sino que el hospital, que se gestionará mediante mecanismos de colaboración entre el sector público y el privado, seguirá siendo un hospital de la red pública y los pacientes de este centro continuarán recibiendo una atención sanitaria de calidad, pública y gratuita”.
Carretero ha señalado que “mejorar la gestión es extender esta garantía hacia el futuro”. En su opinión, resulta “lamentable que se confunda a los pacientes y ciudadanos con informaciones en muchos casos falsas e ideologizadas, que no se corresponden en absoluto con la realidad”.
