La veintena de peñas y la “Operación 2.000” tiró más de 13.000 docenas de cohetes, a las que se suman los de particulares, en un estupendo día para la Fiesta sin incidentes
La emoción y la pasión se volvieron a dejar sentir en Villarta de San Juan (Ciudad Real) al celebrar sus Paces (Fiesta de Interés Turístico Regional en Castilla-La Mancha), lo cual no es extraño porque como afirmaba la alcaldesa Felicia Bascuñana, “los villarteros estamos todo el año esperando nuestro día grande, la Virgen de la Paz, nuestra patrona, para expresarle con pasión nuestros deseos, volcándonos en esta fiesta de esperanza”, que se remonta al siglo XIV y que tiene el fuego y la pólvora como elementos más característicos. La Procesión duró de las 12.15 a las 17.15 horas.
La salida de la Virgen de la Paz fue recibida con vivas, aplausos y, como novedad este año, con globos y palomas blancas, mientras los villarteros se emocionaban al ver aparecer a su patrona y encarar la procesión desde la Iglesia Nueva a la Iglesia Vieja. Un ruido ensordecedor daba la bienvenida a los miles de villarteros, emigrantes que vuelven este día pese a ser laborable, y visitantes de la comarca que permanecieron fieles a esta tradicional fiesta.
El Párroco dejó claro que “los cristianos no debemos ser conformistas ni perder la esperanza ante la crisis”
Antes, en la Misa oficiada por el párroco Juan Carlos Pérez Troya, éste no olvidó los tiempos que corren y qué deseamos, y en su homilía, dejó claro que “no debemos perder la fe y la esperanza en estos tiempos de crisis, los cristianos no debemos ser conformistas, ni cruzarnos de brazos, ni perder la fe”.
Magnífico funcionamiento del dispositivo de seguridad, unas 40 personas
Al mediodía, momentos antes de la procesión, la alcaldesa Felicia Bascuñana, a quien acompañaban alcaldes vecinos y concejales de la comarca así como su Corporación Municipal, comentaba a los medios de comunicación que estaba previsto que, entre peñas y Operación 2.000, se tiraran más de 13.000 docenas de cohetes este día, y que un importante dispositivo de unas 40 personas y 6 vehículos de Protección Civil de Villarta y localidades cercanas, Cruz Roja, Bomberos, Guardia Civil y Policía Local velaban por la seguridad del evento. Por fortuna, todo se desarrolló con normalidad sin incidentes, prevaleciendo las ganas de pasárselo bien en todo momento.
Otro año más, la devoción y el fervor de los villarteros quedó patente cuando la Virgen de la Paz entró de nuevo en la Iglesia nueva, la señal indiscutible de que la fiesta de Las Paces había concluido, tras más de cinco horas.
Es la tradición de siglos la que establece que durante el recorrido del paso procesional entre la iglesia de la Paz y la de San Juan, los villarteros lancen numerosos cohetes para agradecer a la patrona algún hecho beneficioso que haya acontecido a lo largo del año en su familia. Una curiosa ofrenda en la que participan todas las familias de la localidad y que cada año cuenta con más adeptos.
A las 13.000 docenas de cohetes programadas que se tiraron hoy entre las 12.15 horas y las 17.15 horas, se suman otros miles que elevan al cielo cada familia, a título particular, en sus propios corrales al paso de la procesión, con respeto, devoción, ruido, música, humo, pólvora, y vivas a la Virgen de la Paz, que fueron una constante durante el recorrido.
La “Operación 2.000”, o sea 24.000 cohetes en un minuto, brilló más que nunca
Un día soleado y apacible ayudó a que la llamada Operación 2.000 brillara en toda su intensidad, resultando un auténtico éxito, que congregó a más de dos mil personas a la espalda de la Iglesia Vieja, con unas estupendas vistas, las de la ribera del río Gigüela. En un minuto se queman dos mil docenas de cohetes de golpe, o sea 24.000 cohetes. Y este año funcionó a la perfección. Hasta el mismo párroco, que iba preparado para la ocasión con sombrero y gafas de sol, al igual que sus monaguillos, no pudo dejar pasar la ocasión de reflejar el momento en la cámara de fotos de su teléfono móvil.
Un año más, el corazón de la procesión es la Virgen, y los pulmones las aproximadamente 20 peñas que aglutinan más de 200 personas que se encargan de abrir la procesión de forma organizada, cada una con su típico atuendo. Son las responsables de dinamizar las fiestas pero también, con cabeza, se ocupan de apelar a la prudencia entre sus miembros para que no sé dé ningún incidente.
En esta procesión se ve a coheteros enseñando a sus hijas e hijos a introducirse en la tradición para coger el relevo; al jefe de la Policía Local y a los chicos de Protección Civil al tanto del recorrido con acciones preventivas y disuasorias, y en el epicentro del trayecto, el famoso Quiosco Bar de la antigua carretera nacional de Andalucía, donde decenas de personas apiñadas en su interior observando el espectáculo y otras centenares fuera desafiando la pólvora, y disfrutando del espectáculo, en el que este año, tanto la crisis como el hecho de ser día laborable, ha atraído a menos gente.
Una fiesta que data de 1369
Según el cronista de la villa José Muñoz Torres, el primer documento histórico en el que se hace alusión a la festividad de Las Paces, que está declarada como de Interés Turístico Regional, se remonta al año 1575, aunque la fiesta se instituyó en 1369.
Las Paces de Villarta de San Juan, que son las ferias y fiestas en honor de la Virgen de la Paz, patrona de esta localidad y alcaldesa perpetua, constituyen una tradición religiosa y popular que se remonta siglos atrás y que cada año atrae a más visitantes para disfrutar del festival de fuego y pólvora que la caracteriza. Los vecinos de la localidad se preparan durante todo el año para vivir intensamente esta celebración, declarada Fiestas de Interés Turístico Regional desde hace una década. La Festividad de Nuestra Señora de la Paz se instituyó en 1369, aunque el primer dato histórico relacionado con la celebración de la Fiesta en Villarta data de 1575.