Las Jornadas Interculturales de Manzanares contaron con una charla-coloquio celebrada en la sede de la Asociación de Amas de Casa, bajo el título “Inmigración y Violencia, tiene rostro de mujer”. La ponente, Sugeys Margarita Morales, asesora legal de la Embajada de Nicaragua en Madrid, intercambió impresiones con los asistentes al acto acerca del papel de la violencia de género entre las mujeres inmigrantes.
La sede de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios acogió, este lunes, una charla-coloquio, incluida dentro de las Jornadas Interculturales de Manzanares, que organiza la Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento y coordina el SAMI, Servicio de Atención y Mediación Intercultural.
Bajo el título “Inmigración y Violencia, tiene rostro de mujer”, la ponente, Sugeys Margarita Morales, asesora legal de la embajada de Nicaragua en Madrid, educadora social y especialista en infancia y mujer en situación de vulnerabilidad, analizó la situación de las víctimas de violencia de género que son inmigrantes.
Morales señaló que inmigración y violencia son dos fenómenos muy duros, “que por desgracia tienen rostro de mujer”. La ponente habló sobre la dificultad de las mujeres inmigrantes víctimas de maltratado para reconstruir sus vidas, cómo se manifiesta la violencia en sus países de origen y de destino, y qué mecanismos legales existen para protegerlas.
Sobre el proceso legislativo que se está llevando a cabo en los países europeos en relación a las víctimas de violencia de género, Morales dijo que es admirable y se encuentra lejos de las legislaciones de algunos países Latinoamericanos, donde se está trabajando aún por modificar las leyes, “para que la mujer sea considerada un sujeto activo de derecho”. Pero igualmente apuntó que, a pesar de que en Europa existe una mayor protección para ellas, muchas mujeres maltratadas tienen miedo de acudir a la justicia “por no tener sus papeles en regla”.
Sugeys Margarita Morales afirmó también que no solo es importante intervenir a la víctima, sino también a sus hijos, ya que algunos de los niños que crecen en un mundo de violencia tienden a reproducir esos patrones de conducta. Según la educadora social, es importante tratarles de una manera específica para evitar estas situaciones en el futuro.
La ponente señaló que para acabar con esta lacra social lo ideal es partir de un proceso de sensibilización, a través del cual se informe a la población y se muestre a las víctimas que no están solas, ya que existen personas e instituciones que pueden ayudarlas, aunque procedan de otro país. Por último, invitó a las víctimas de la violencia de género a empezar a hablar, “ya que hay personas dispuestas a escucharlas”, y a parar la violencia en el momento adecuado, “porque no queremos seguir contado víctimas mortales, sino hablar de mujeres que han sobrevivido a la violencia”.
