El batacazo electoral que ha sufrido el PSOE lo coloca en una posición complicada como organización, ya que a la pérdida de poder hay que sumar otros factores como la falta de información a la que se va a ver sometido, ahora que la inmensa mayoría de Administraciones Públicas están gobernadas por otros partidos. Pero ninguna de estas dos cuestiones son sus principales problemas. En mi opinión, el PSOE tiene ahora mismo que definir tres respuestas a otras tantas preguntas si quiere poder renacer adecuadamente de esta crisis.
¿Qué postura ideológica va a definir su comportamiento durante los próximos años? Ahora que hemos visto a un gobierno de izquierdas bajar los impuestos para subirlos meses más tarde, después de que el impuesto de patrimonio se eliminase y su nueva puesta en marcha haya sido medida estrella de la campaña electoral y tras haber asumido que un mismo gobierno puede aprobar la Ley de Igualdad y no permitir la celebración de un referéndum para cambiar la Constitución, el PSOE necesita una definición clara de su postura ideológica. Este es el momento de definir si la socialdemocracia basada en subvenciones es un proyecto agotado y hay que buscar nuevas vías de desarrollo o hasta qué punto la deuda pública es asumible y sostenible si eso nos hace vulnerables a los ataques de los especuladores. En un mundo donde las guerras se libran en los mercados, el PSOE debe tener propuestas para defender a los ciudadanos.
¿Hasta dónde va a atreverse el PSOE en el necesario intento por reformar la democracia española? Somos millones, muchos de ellos socialistas, los que hemos exigido en las calles nuevos avances en democracia y participación ciudadana. Hasta hace muy pocos años el PSOE había liderado el proyecto democrático español y este momento es clave para poder emprender reformas en este sentido: mayor transparencia, limitación de sueldos y privilegios de cargos públicos, reforma del sistema electoral, liberación del voto de los cargos públicos del PSOE,… existen decenas de ideas que van en este camino y que deben ser estudiadas y, en muchos casos, promovidas por el partido que goza de mayor afinidad ideológica con la sociedad española.
¿Emprenderá el PSOE la necesaria reforma interna? Los mecanismos existentes en el PSOE para organizar y administrar internamente el partido llevan décadas funcionando y lo han hecho adecuadamente durante la mayor parte del tiempo, pero empiezan a mostrar demasiada rigidez, excesiva verticalidad y lejanía respecto de la sociedad. Ahora que queremos más democracia y más participación, el PSOE debe recoger de nuevo el testigo del liderazgo ideológico a base de empezar por sí mismo: son necesarias nuevas reglas para elegir candidatos, nuevas fórmulas para poder recoger el sentir de los propios afiliados y nuevas ideas para seguir avanzando en debates que no pueden empezar y terminar en lo económico. Quedan muchos derechos por conquistar y muchas fronteras que romper más allá de la crisis.
Una vez aceptada y asumida la derrota, es el momento de la humildad y del trabajo. La inmensa historia de éxitos que el PSOE carga sobre sus espaldas se vuelve más pesada ahora que la situación es difícil, sin embargo debe servirnos para mirar un paso más allá: es el momento de responder a las preguntas clave que nos formulan los ciudadanos, porque de ello depende el futuro de todos.