Aprovechando la convocatoria de la Semana Europea de la Movilidad (16-22 septiembre), Ecologistas en Acción quiere recordar que a pesar de la crisis y a pesar de los drásticos recortes sociales, seguimos dedicando una gran cantidad de fondos a grandes infraestructuras de transporte que favorecen el uso del coche en nuestras ciudades y zonas metropolitanas. Pero la realidad indica, una y otra vez, la poca rentabilidad económica y social de estas descomunales inversiones y su baja generación de empleo, por no hablar de sus impactos ambientales y sus tremendos costes de oportunidad.
Si las virtudes que le asignan la mayor parte de nuestros políticos a las grandes infraestructuras viarias fueran ciertas (enorme generación de empleo, dinamización económica…), la situación en el Estado español debería ser muy distinta a la que es. Efectivamente, puesto que somos el país europeo con más kilómetros de autovías y autopistas (y el tercero del mundo), no deberíamos tener una tasa de paro tan alta y la crisis apenas debería notarse. Justo lo contrario de lo que ocurre.
Y es que la realidad en el tema de las infraestructuras de transporte no funciona como nos quieren hacer creer. Multitud de estudios concluyen que a partir de un cierto umbral en la dotación de grandes infraestructuras –que en España hemos superado hace tiempo y de largo–, cualquier inversión en nuevas obras puede ser contraproducente para el desarrollo desde una estricta visión economicista, sin hablar de su fuerte impacto ambiental y social.
Ecologistas en Acción considera que a pesar de nuestra sobredotación de infraestructuras de transporte, seguimos invirtiendo en ellas una enorme cantidad de fondos. Por ejemplo, en mayo de 2010 se aprobó el “decretazo” que, con fuertes recortes sociales, pretendía ahorrar 15.000 millones de euros en dos años, menos de la cantidad que sólo para ese mismo año, 19.300 millones, se presupuestó para infraestructuras de transporte desde el Ministerio de Fomento. Y además están los presupuestos que las distintas Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos dedican a facilitar el uso del coche (infraestructuras, asfaltados, aparcamientos, gestión del tráfico…).
Uno de los argumentos que siempre se baraja para justificar el apoyo al automóvil es el del empleo. Pues bien, según un estudio realizado por ISTAS, se demuestra que una estrategia de movilidad sostenible generaría muchos más puestos de trabajo que continuar con las políticas actuales. En concreto, podría haber 430.000 puestos de trabajo relacionados con la movilidad sostenible en 2020.
Para Ecologistas en Acción resulta claro que necesitamos inversiones en transporte, pero ni mucho menos las que se están acometiendo. Necesitamos mejores servicios de transporte, no más autovías. Necesitamos buenos servicios de cercanías ferroviarias, no más anillos de circunvalación. Necesitamos carriles bus, no autopistas metropolitanas con más carriles. Urge poner en práctica planes de movilidad sostenible, no más listas de infraestructuras.