La doctora Aranda culmina en Kenia una campaña educativa y sanitaria contra la mutilación genital femenina

Durante el mes que permaneció en esta región del país africano, trasladaron a la población las graves consecuencias de la ablación: infecciones, hemorragias y la no dilatación en el parto con riesgo para la vida de la madre y del niño
 
Evitar la mutilación genital femenina entre las niñas de 6 a 10 años de la región de Tharaka (Kenia), a través de una campaña educativa y sanitaria, fue la principal labor que llevó este verano a Concha Aranda, doctora del Centro de Salud 1 de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), a esta región del este africano donde permaneció del 25 de julio al 25 de agosto.

A su vuelta, la doctora Aranda ha realizado una valoración muy positiva de los resultados de esta experiencia humanitaria en la que ha participado junto a la Fundación Kirira, ONG creada específicamente para acabar con la ablación en Kenia y que trabaja en la zona desde hace 11 años con muy buenos resultados: se ha pasado de la mutilación en el 100% de los casos practicada el primer año que llegaron, a la sospecha de uno o dos casos realizados tras la última campaña.

“Es primordial seguir trabajando en la educación para la igualdad de la mujer, haciendo ver las graves consecuencias de la ablación del clítoris, como infecciones, hemorragias, no dilatación en el parto con riesgo para la vida de la madre y del niño, problemas psicológicos, abandono de la escuela y demostrando, con nuestro ejemplo, que una mujer puede estudiar, hacer una carrera superior, vivir por sí misma y no ser un mero objeto al servicio del hombre”, señala Aranda.

Su labor, y la del resto de profesionales sanitarios de España que la acompañaron, fue atender la demanda en el Dispensario de la zona ofreciendo medicación gratuita e impartiendo educación sanitaria sobre la mutilación y sus consecuencias, el uso de anticonceptivos, medidas higiénico-dietéticas, etc.  

En este punto señala que “a pesar de la importancia que dimos a las medidas anticonceptivas, las mujeres fueron muy reacias a la utilización, justificándose en que los hombres no las dejan usarlos, pues parece que el hombre es más importante en su sociedad cuanto mayor número de hijos tenga, independientemente de que no pueda alimentarlos”.

Dicha educación sanitaria se complementaba con la realizada en las 23 escuelas a las que cada día se desplazaban para tratar de forma masiva las tiñas capitis que sufren entre el 60-70% de los niños en edad escolar. Se hizo además una desparasitación intestinal masiva a todos los niños, padres y maestros que fueron convocados el día de la visita en su escuela correspondiente.

6.500 consultas atendidas

Durante el mes que permanecieron en Kenia atendieron 6.500 consultas, principalmente mujeres y niños con dolores osteo-articulares de espalda y cuello (transportan todo a la espalda, sobre todo las mujeres); patologías oculares (conjuntivitis, queratitis solares, xerosis conjuntivales, cataratas, presbicia y alteraciones de la agudeza visual en general); patologías digestivas (dolores abdominales, diarreas, nauseas, vómitos, hinchazón, dispepsias, parásitos intestinales); y desnutrición, sobre todo infantil, siendo habitual la hinchazón abdominal con la protrusión umbilical por la falta de proteínas y vitaminas, incluso en los niños supuestamente alimentados.  

Así mismo, trataron patologías del tiroides (muy avanzadas con tumoraciones visibles gigantes por falta de yodo); otros tumores que desgraciadamente no pudieron socorrer por el estado tan avanzado del proceso; patología odontológica (bocas totalmente sépticas con piezas totalmente destruidas, en las que hicieron aproximadamente unas 35 extracciones); y patología ginecológica (partos vaginales, hemorragias, anticoncepción, vaginitis infecciosa) atendidas en mujeres que tenían la mutilación genital realizada.

En cuanto a las patologías infecciosas graves, el equipo sanitario del que formó parte la doctora Aranda detectó cuatro casos de malaria, tres de fiebre tifoidea y tres casos de tuberculosis muy sintomáticas. Las enfermedades neurológicas y las curas de heridas crónicas completaron el abanico de tratamientos practicados durante ese periodo.

Mordedura de hipopótamo

 
Como caso curioso, Aranda destacó una mordedura de hipopótamo de 6 días de evolución, con una celulitis grave de toda la pierna y una secreción purulenta, con destrozo de partes blandas, que afortunadamente evolucionó muy favorablemente con tratamiento masivo de antibióticos que permitió salvar la pierna.

Su trabajo en Kenia fue reconocido tanto por las autoridades de la zona como por los encargados del Dispensario, quienes dieron las gracias públicamente a los voluntarios de la Fundación Kirira en un acto de clausura donde pusieron de manifiesto que “nunca se había hecho una campaña sanitaria en la zona, tan extensa y con tanto material y medicamentos”.

Agradecimientos
 

Concha Aranda ha querido agradecer a la Fundación Kirira el haberle dado la oportunidad de participar en este gran reto; al SESCAM por permitirle ir en tiempo de trabajo remunerado y contribuir con material y medicamentos; a los compañeros del área Mancha Centro (dermatólogos, urólogos, odontólogos, pediatras, farmacéuticos, etc.) que le han apoyado con material de muestras y con sus conocimientos sobre cómo atender posibles patologías que habitualmente no trata; así como a otras instituciones que han financiado la campaña, como el Servicio Andaluz de Salud (SAS), Caja Madrid y los Colegios de Médicos de Ciudad Real y Córdoba.

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