Festival de Almagro: Antonio Gala, a través de la directora Natalia Menéndez, fue el responsable de la laudatio a Andrés Peláez

Ayer por la noche, una vez más, el teatro español volvió a escribir una página de su historia en el marco incomparable del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Fue durante el homenaje a Andrés Peláez, director del Museo Nacional del Teatro, hombre de teatro y que, en breve, empezará a disfrutar de una merecida jubilación. A dicho homenaje no quisieron faltar unos conductores de lujo que, a su vez, representaban a tres generaciones de actores: la joven Irene Escolar, esencia de la familia Gutiérrez Caba; el actor Gonzalo de Castro; y la actriz Concha Velasco, quien confesaba que “gracias a Andrés Peláez me han pasado cosas muy importantes en mi vida, pero quizá la más significativa sea estar esta noche por primera y última vez sobre las tablas del escenario del Corral de Comedias, nunca antes lo había pisado”.

Estos tres actores fueron los responsables de leer las cartas enviadas por personalidades tan destacadas como Francisco Nieva, José Luis Gómez, Alicia Moreno, José Luís Morata, Andrea D’odorico, Conchita Burman, Rosana Torres, José María Pou, José Carlos Plaza, Elisa Romero o Joan Francesc Marco. Todo el acto estuvo intercalado por la proyección de vídeos en los que participaron, por orden de aparición: Nuria Espert, Miguel Narros, Benito Navarrete, Mario Gas, Carlos Hipólito, Ángel Fernández, Carmen Alborch, Elio Berhanyer, Josep María Flotats, Nati Mistral, Antoñita Viuda de Ruíz, María José Alfonso y Paco Valladares.

Antonio Gala fue el responsable de escribir la Laudatio – en documento adjunto – que fue leída por Natalia Menéndez, Directora del Festival, ya que Gala no pudo asistir por motivos de salud. Destacó la gran amistad que le une a Andrés Peláez.

Una vez le fue impuesta la medalla, Andrés Peláez hizo gala de un excelente sentido del humor asegurando que “si fuese verdad todo lo que han dicho, yo tendría un sueldazo, y no lo tengo”. El homenajeado comparó el Museo Nacional del teatro, del que es responsable desde sus inicios, “con el paso de la Macarena, que ha funcionado al compás”, para continuar diciendo que “menos mal que este homenaje es sencillo, porque si hubiese tenido lugar el 18 de agosto, habría venido el Papa”, haciendo referencia a las cantidad de personalidades del teatro que había entre el público. Peláez cerró su simpática y emotiva intervención asegurando que “todo lo he hecho con un amor infinito a la gente del teatro y sólo he pretendido una cosa: ser un buen hombre”.

Relacionados

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img