Una vez constituidas las nuevas corporaciones, podemos hacer todo un cruce de datos en el que ponderar cual ha sido la actitud de cada uno de los diferentes partidos, y comprobar si hay pinzas y de qué tipo. Igual que los desencuentros entre PSOE e IU, han terminado en alcaldías del PP, hubo pactos PSOE-PP para frenar a IU, porque de todo hay en la huerta del Señor.
No podemos olvidar que en elecciones municipales, juegan otros factores, además del político, factores de carácter personal y local que no siempre se solventan desde la razón, sino desde el sentimiento.
Cayo Lara ha hecho lo que tenía que hacer, trasladar a la opinión pública y publicada lo que ha sido un acuerdo de la Dirección Federal de IU, “no permitir ni por activa ni por pasiva, gobiernos del PP”, y lo ha defendido hasta la extenuación porque esa era su obligación como Coordinador General.
La cercanía de elecciones generales es lo que motiva estas declaraciones de dirigentes del PSOE, la perspectiva de un nuevo varapalo electoral que los reduzca de 169 a 130 diputados, y por eso ansían los votos de Cayo, los votos de IU.
Esta táctica de acoso y derribo no es nueva, ni siquiera original, otra vez la teoría “conspiranoica” de la pinza PP-IU, cuando a diario vemos como el PSOE se echan en brazos de la derecha (PP, CiU, PNV, CC, UPN) para sacar adelante unas reformas que nos están llevando a la ruina y a la quiebra social.
De todo este ruido, lo verdaderamente lamentable son la declaraciones de Bono, que son impropias de alguien que es la tercera autoridad del Estado, pues sus declaraciones rezuman a gato remojado.
Ese desprecio a una fuerza democrática como IU, por parte de quien preside el Congreso de los Diputados, es inadmisible e inaceptable, y si le queda debajo de ese pelo algo de cordura, debería replantearse si es la persona mas idónea para ese alto cargo que ocupa en un sistema democrático.