Vivimos en fechas de publicaciones relacionadas con la historia y la vida cultural, como es el caso de las Teselas, un cuaderno que en este caso recoge una dramática vivencia personal, la que vivió Fulgencia Monreal en los primeros años de la postguerra.
Un 23 de noviembre de 2006, un día antes de la celebración de la Virgen de la Merced, patrona de los presos, falleció Fulgencia Monreal, conocida como una de las Niñas de las Coplas condenadas por un Consejo de Guerra en 1940. Su experiencia vital, sobre todo en aquellos años de cárcel, lo recogió en unas coplas que escribía en un cuaderno y en algunas grabaciones.
Las coplas biográficas de Fulgencia Monreal están recogidas en una Tesela, la número 42, que se presentó en un abarrotado Museo Municipal, una publicación que pretende recoger la investigación, la creatividad o la memoria de las personas de la ciudad.
Han sido sus sobrina nietas, Alba Sánchez Mateos, Miriam Monreal y Sara Fermín, las que se encargaron de grabar las coplas que Fulgencia Monreal escribía y recitaba contando partes de su vida. El trabajo, grabado en un DVD se presentó a un concurso del Instituto de Secundaria María Zambrano denominado La Huella Femenina.
Lo que le ocurrió a Fulgencia Monreal fue que, junto a un grupo de modistas le llegaron, no se sabe como, unas coplas anónimas que, al parecer, podían cantarse con la música del himno falangista. Esas coplas que Fulgencia nunca más quiso volver a recordar llegaron a conocimiento de la autoridad, que las detuvieron y les instruyeron un consejo de guerra, en el propio ayuntamiento de Alcázar de San Juan.
Teresa Moreno y Paloma Manzaneque han sido las profesoras encargadas de esta edición de las coplas en que cuenta su vida un chica de 17 años, que junto a otras compañeras de costura sufrió la condena a muerte, luego conmutada por cadena perpetua y luego a 30 años, que en 1940 fue internada en la plaza de toros de las Ventas, habilitada como prisión, luego a Tarragona, Barcelona y posteriormente a Madrid, dónde fue liberada en 1947.