El luthier y compositor Guillermo Burgos acompañará con su guitarra una cata de vinos en FENAVIN mientras que Carmela Fischer enseñará a utilizar el vino como tinta y fuente de inspiración en la escritura y la expresión plástica
La Escuela de Escritores Alonso Quijano de Alcázar de San Juan participa por primera vez en la Feria Nacional del Vino (FENAVIN), que se celebrará del 10 al 12 de mayo, con dos interesantes y originales apuestas culturales hasta ahora desconocidas en el marco de la feria. En ellas, el luthier y compositor Guillermo Burgos guiará con su guitarra, especial para la ocasión, una cata de vinos mientras que la profesora de la Escuela de Escritores Alonso Quijano Paloma Mayordomo enseñará a utilizar el vino como tinta en dos creaciones, artística y literaria.
Mayordomo explicó que ambos talleres son experiencias pioneras en las que ha habido un proceso de investigación con el único objetivo “de sorprender en FENAVIN”. Se trata de que el vino sea la herramienta, el vehículo que impregne de nuevas y desconocidas sensaciones a la gente acostumbrada a que el vino entre por la vista, el olfato y el gusto, añadiendo el plus creativo a través de la pintura y la literatura.
Mayordomo reconoció el “increíble” espacio dedicado a la viticultura en la Feria, cada vez más potenciada por, a su juicio, la necesidad vital de conocer y difundir la historia y el arte de un pueblo. Para la directora de la Escuela de Escritores, la cultura siempre ha estado ligada al vino como fuente de inspiración poética, de filósofos, escritores, cineastas y un largo etcétera, por lo que, además del comercio y el negocio del vino, la cultura “es el adorno imprescindible en FENAVIN, y mejor comunión no se puede conseguir”, subrayó.
Para esta edición, la Escuela de Escritores ha organizado los talleres ‘El arte de fluir, el vino como experiencia estética’ y ‘Guitarra y vino: savias de la naturaleza, placeres que se acompañan’ a cargo de la licenciada en Letras y asesora literaria Carmela Fischer y el compositor y luthier Guillermo Burgos respectivamente. El propósito, según explicó Fischer, es acercarse al mundo del vino desde otro punto de vista, trabajándolo como materia “ampliando nuestras posibilidades de relación con él a través de la expresión plástica y la escritura”. En el taller, el vino será protagonista como tinta, para elaborar una pintura gestual, intuitiva; además de ser elemento literario y fuente de inspiración para componer una poesía o narración.
Maridaje entre el vino y la música
Por otro lado, en el concierto de guitarra se ha buscado el “maridaje perfecto entre el vino y la música” de tal forma que Burgos interpretará diferentes ritmos para cada tipo de vino a catar, y lo hará con una guitarra especial de 12 cuerdas. Así, según reconoció su compañera de la Escuela, para la cata de un vino de crianza la música ideal es el tango, “tiene mucho cuerpo, es música apasionada, densa”, un caldo joven, un verdejo, se acompañará de música brasileña, bossa nova y un tinto joven de autor para la parte de jazz. Es, dijo Fischer, como si un masaje se ejecuta con melodías relajadas, velas y un ambiente propicio, “exalta aún más los sentidos y se obtienen sensaciones diferentes”. La experiencia, añadió Fischer, “es única pues ambos elementos, música y vino, tienen alma vegetal y producen placer y alegría”
Ambos talleres se desarrollarán el día 10 en el Área 1 de FENAVIN Muestras Gastronómicas, ‘El arte de fluir’ a las 16 horas y el concierto ‘Guitarra y vino’ a las 18 horas. Habrá un máximo de 20 participantes, mayores de 18 años, por taller. Los materiales los aportará la propia Escuela de Escritores.
Carmela Fischer es licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Ha trabajado como asesora literaria, antóloga, crítica literaria y asistente de dirección teatral. Desde hace 15 años imparte talleres de escritura creativa para adultos en España y el extranjero. Ha formado parte del comité evaluador de la Biblioteca de Autores Manchegos de la Diputación de Ciudad Real. Guillermo Burgos es guitarrista, compositor y luthier. Como solista, ha trabajado componiendo para el cine, el teatro y la industria cinematográfica, y como luthier construye y repara instrumentos de cuerda y es miembro del Gremio Americano de Luthieres.
Ambos forman parte de la Escuela de Escritores Alonso Quijano de Alcázar, un proyecto pionero en Castilla-La Mancha. Afincada en el magnífico monumento del convento de Santa Clara desde 2003, la Escuela es ya un referente nacional con 300 alumnos y más de 600 matrículas. Entre sus ilustres profesores y miembros destacan insignes poetas y escritores como Dionisio Cañas, José Corredor Matheos, Luis Mateo Díez, José María Merino, Francisco Gómez Porro, Caballero Bonald, etc.