La Planta de Residuos de Construcción y Demolición (RCDS) de Ciudad Real estará operativa este verano. Así lo ha asegurado su responsable técnico a los empresarios del sector de la construcción que han visitado hoy las instalaciones invitados por la UTE Segema-Urbaja. También ha acudido la alcaldesa de Ciudad Real, Rosa Romero, y el concejal de Sostenibilidad, Juan Caballero.
La planta de RCDS de Ciudad Real «será la más importante y puntera en el tratamiento de residuos procedentes de la construcción de toda Castilla-La Mancha y tendrá capacidad para tratar 70.000 toneladas al año, asegura Romero, para quien «proyectos como este son los que van a hacer de Ciudad Real una ciudad de referencia en sostenibilidad, en este caso, en el reciclaje de residuos».
Rosa Romero ha recordado que la planta de RCDS está promovida por el Ayuntamiento de la capital, que ha cedido el suelo para su construcción, «aunque no es una competencia municipal».
La primer edil ha recordado que la inversión de la planta asciende a más de 3 millones de euros, y ha repasado todas las actuaciones del Ayuntamiento para el fomento del reciclaje, como el soterramiento de contenedores y el reciclado de aceites domésticos.
Por su parte, el concejal de Sostenibilidad, Juan Caballero, ha explicado que esta planta se ha realizado «por una orden europea que dice que en 2009 todos los vertederos y escombreras tenían que estar cerrados, y el Ayuntamiento, adelantándose a esta normativa, en julio de 2007 presentó ya el proyecto». Un proyecto que, según Caballero, «ha sufrido múltiples retrasos por culpa de las numerosas trabas que la Junta de Comunidades ha ido poniendo hasta diciembre de 2010, cuando pudieron comenzar las obras». Según el responsable municipal del área de Sostenibilidad, «estos retrasos han repercutido negativamente en los empresarios, que han tenido que transportar los materiales a otras localidad con el consiguiente coste económico para ellos».
Por lo que respecta a la planta de RCDS, y como ha explicado su responsable técnico, Javier Cepeda, gestionará tanto el escombro sucio como el limpio, y consta de una planta de tratamiento y otra de acopio, así como de una nave taller de 150 metros cuadrados que también acogerá residuos peligrosos. En la planta de RCDS también se van a recoger voluminosos y posiblemente otra serie de materiales que los constructores demanden.