Celebramos este año el Día Internacional de la Mujer coincidiendo con la circunstancia de que en esta ocasión en algunos países como Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza se cumple el Centenario de la celebración de esta fecha tan significativa para millones de mujeres en el mundo.
En 1911, hace cien años, en estos países se celebraron mítines el 19 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer a los que acudieron más de un millón de mujeres y hombres para reivindicar el derecho de voto, el derecho al trabajo, a la formación profesional, a la no discriminación laboral y el derecho a que las mujeres pudieran ocupar cargos públicos.
Cien años después, es verdad que hemos avanzado pero, curiosamente, en este día continuamos reivindicando prácticamente los mismos derechos. A lo largo de todo este tiempo hemos conseguido que, sobre el papel, a nivel legislativo, las leyes sean iguales para todos y reconozcan y aseguren los mismos derechos para mujeres y hombres a todos los niveles, que es lo que se pedía hace justo un siglo, pero ahora lo que seguimos pidiendo es que esos derechos sean realidad no sólo en la teoría, sino en la práctica; no sólo sobre el papel sino en el día a día de millones de mujeres en España y en el mundo.
Hoy, en el año 2011, el derecho al trabajo como tal es una realidad pero no lo es en la vida diaria de las miles de mujeres que quieren acceder a un puesto de trabajo y no pueden. Afortunadamente, los tiempos han cambiado y, a priori, las mujeres no deben tener ninguna cortapisa para incorporarse al mercado laboral.
La realidad nos demuestra que no es así. Miles de mujeres siguen sufriendo discriminación laboral a la hora de acceder al mercado de trabajo debido, fundamentalmente, a la imposibilidad de poder conciliar su vida familiar, laboral y personal. De hecho, un estudio reciente refleja que en España el 49% de las mujeres que trabajan no tienen hijos, un 27% sólo tiene un hijo, el 20% tiene dos y sólo el 4% de las mujeres trabajadoras tiene tres o más hijos. El 85% de las trabajadoras renuncian a tener otro hijo y la diferencia entre el porcentaje de hombres y mujeres que abandonan sus empleos al convertirse en padres es de 30 puntos, en perjuicio de las mujeres.
También hoy es preciso recordar que las mujeres sufren discriminación salarial y que la brecha entre los salarios de mujeres y hombres en España se sitúa en torno al 30%, lo que supone una diferencia de alrededor de 6.000 euros al año.
Las mujeres, hoy por hoy en España, siguen siendo víctimas de la economía sumergida y de la precariedad laboral, lo que se traduce en que son también las que menos protección y prestaciones reciben en el caso de perder su puesto de trabajo.
Hace cien años se reivindicaba que las mujeres pudieran ocupar cargos públicos. Hoy en día podemos hacerlo pero las mujeres seguimos estando infrarrepresentadas en los órganos en los que se toman las decisiones.
Las mujeres somos la mitad de la población, pero ese porcentaje no se traduce en que la mitad de los cargos públicos estén ocupados por mujeres. Por eso, en una fecha como el Día Internacional de la Mujer seguimos pidiendo una mayor presencia de las mujeres en la toma de decisiones. De los 8.112 alcaldes que salieron de las urnas en las Elecciones Municipales de 2007 en España, tan sólo 1.221 son mujeres, es decir, el 15% y de los 66.132 concejales que existen en nuestro país sólo el 31%, es decir, 20.436 son mujeres. La presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas en España es del 8% frente al 12% de la media europea y si nos trasladamos al medio rural, las mujeres sólo ocupan el 3% de los cargos en los consejos rectores de las cooperativas agrarias.
Por tanto, un siglo después, podemos decir que, sin duda, hemos avanzado mucho en materia de igualdad pero todavía no está todo conseguido. Además, a lo largo de este tiempo hemos abierto las reivindicaciones a otros problemas que, a principios del siglo XX ni se planteaban como tales como es la violencia de género.
Así, en el Día Internacional de la Mujer, no podemos olvidar que aunque hemos conseguido que la violencia de género haya dejado de pertenecer única y exclusivamente al ámbito privado para pasar al ámbito público y ser considerado un problema que afecta a toda la sociedad, nos encontramos ante una lacra que en lo que llevamos de año ha segado la vida de 13 mujeres en España. Una lacra ante la que no podemos permanecer calladas y frente a la que en este día volvemos a alzar la voz para pedir más recursos económicos, mayor asistencia y mayor protección para las mujeres que día a día viven en ese círculo del que es muy difícil salir sin ayuda.
A lo largo del último siglo, las mujeres hemos hecho una revolución callada, silenciosa, que nos ha permitido avanzar de forma lenta pero segura en nuestro camino hacia la Igualdad real de oportunidades, pero todavía no hemos alcanzado la meta.
Hace unos días, la sede de Naciones Unidas en Nueva York albergó la inauguración histórica de la nueva Organización ONU-Mujeres, que aglutina a los cuatro órganos que ya existían en Naciones Unidas sobre mujer. En el acto, la responsable de este nuevo órgano, la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, declaró: “mi propia experiencia me ha demostrado que no hay límites a lo que puede conseguir una mujer”. Efectivamente, los límites no existen, pero sí siguen existiendo obstáculos que, con el compromiso de los Gobiernos y de la sociedad en general, es preciso eliminar con el fin de conseguir que la Igualdad real sea, por fin, una realidad en la vida de todas y cada una de las mujeres del mundo.