Está claro que Cospedal y los dirigentes del Partido Popular de Castilla-La Mancha tienen dos varas de medir, dos varas completamente distintas a la hora de analizar y medir hechos similares según se trate de instituciones gobernadas por ellos o no.
En su trayectoria en Castilla-La Mancha ha quedado claro que solamente saben aplicar una línea de actuación, que es común cuando se refieren a instituciones donde el PP es oposición, con una política basada en la descalificación sistemática, la política de acoso y derribo, el decir a todo que no de forma continuada y permanente, el hacer de la mentira su práctica habitual, desvirtuar permanentemente los hechos e intentar tapar todos los logros positivos alcanzados por la sociedad, bien sea en educación, sanidad, industria o modernización en su conjunto de las infraestructuras.
Y todo esto aderezado con una importante dosis de odio en sus manifestaciones cuando se refieren al adversario político. Todo esto no puede traer nada bueno para la convivencia; más bien todo lo contrario: desarrolla la crispación y dificulta las relaciones en unos momentos donde todos, y repito, todos, debemos arrimar el hombro para que los ciudadanos que más lo necesitan salgan cuanto antes de esa mala situación. No he escuchado ni visto nunca al presidente Barreda insultar o descalificar al adversario político; por el contrario en Cospedal y sus dirigentes es la práctica habitual.
Recuerdo perfectamente cómo Barreda fue el primer dirigente en reconocer que estábamos en una situación de crisis, pero también fue el primero en adoptar medidas para ayudar a aquellos que tienen mayores dificultades y en buscar acuerdos con el conjunto de la sociedad. En cambio, no podrá esgrimir nunca Cospedal ni su equipo que haya colaborado, que haya apoyado o se haya puesto al lado ni una sola vez de las necesidades de los castellano-manchegos para proponer o apoyar medidas que resolvieran su situación.
Parece ser que les va bien estar instalados en el griterío y en la descalificación, y colaborar para que la crisis se prolongue en un intento clarísimo de engañar a la sociedad, porque solamente cabe plantearse alguna reflexión en cuanto al paro. ¿Por qué no aplican sus recetas mágicas contra el paro allí donde gobiernan? Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana, donde hay casi 600.000 parados; o en Murcia, con mayor porcentaje de paro que en Castilla-La Mancha. ¿Por qué la deuda de Castilla-La Mancha es para ustedes desastrosa y cuando se refieren a la Comunidad Valenciana o al Ayuntamiento de Madrid, las dos instituciones más endeudadas del país, es para ustedes un bien?
Señores y señoras del PP: si tienen soluciones deberían aplicarlas donde gobiernan, no deben ser insolidarios con quienes peor lo están pasando. Si son patriotas y quieren contribuir al desarrollo de España, sean un ejemplo donde gobiernan, apliquen sus medidas y muestren sus resultados. Pero mucho me temo que su programa oculto dista mucho de lo que hoy están exigiendo; solamente hay que ver sus países modelos de referencia como Reino Unido o Irlanda, o más cerca, las medidas drásticas que han propuesto en la Región de Murcia.
Por eso me temo que no es así, que ustedes, señores del PP, señora De Cospedal, no tienen soluciones mágicas y que se han instalado en el griterío, en la descalificación y en la crispación para buscar con ello solamente el rédito electoral que la situación de crisis les pueda proporcionar, utilizando para ello el engaño y las dos varas de medir.