Son muchos, notorios y reiterados los “olvidos” de la señora De Cospedal en relación con sus declaraciones de bienes, actividades y rentas. Y es que, cada año se olvida de una partida que posteriormente tiene que rectificar, algo que, junto a su justificación, hace que sea más clamoroso el olvido. O es un problema de memoria o de desconocimiento. Tan preocupante como grave, por cierto, en ambos casos. Veamos algunos ejemplos.
-No sabía que tenía un plan de pensiones y lo negó en una entrevista de televisión.
-Se le “olvidó” declarar unos ingresos de 27.000 euros (más de 4,5 millones de las antiguas pesetas) en su declaración obligatoria como diputada regional en la declaración de 2008, y posteriormente tuvo que hacer una declaración complementaria.
– No ha declarado un local que tiene en propiedad valorado en más de un millón de euros en una calle comercial de Albacete, en la declaración correspondiente al año 2009, y si formaba parte de su patrimonio con anterioridad, parece ser que también la ocultó en el 2008. Ahora de nuevo ha tenido que corregir esta situación y se ha visto obligada a corregir y subsanar ese ¿olvido? Para incluirlo en una declaración complementaria.
– Y como ‘no hay dos sin tres’, asistimos estupefactos a la omisión en su declaración de bienes de su pertenencia al consejo de administración de una empresa privada.
Llama la atención la personalidad olvidadiza de esta diputada, que es abogada del Estado y con una alta responsabilidad a nivel nacional. Como abogada del Estado debe saber cuáles son sus obligaciones en base a la normativa legalmente establecida y, por lo tanto, cumplir con ella. Así está contemplado en Castilla-La Mancha como una obligatoriedad para todos los diputados regionales, por lo que su declaración y pretendida transparencia no es voluntaria, como pretendía dar a entender, sino obligatoria en su condición de diputada regional.
En cuanto a su alta responsabilidad a nivel regional y nacional, su actuación debería ser ejemplarizante en el cumplimiento de sus obligaciones para sus correligionarios y para la sociedad en general, más aún para una persona que en sus manifestaciones está muy acostumbrada a decirle a todos lo que tienen que hacer y, contrariamente, vemos cómo incumple sistemáticamente con su deber.
Sería necesario reforzar con fósforo estas pérdidas de memoria para evitar unos “olvidos” que son tan clamorosos como poco edificantes para dar ejemplo a los ciudadanos.
En fin, con estas actuaciones la señora Cospedal se ha retratado y nos ha demostrado qué significado tiene para ella el término transparente, del que presume con bastante falsedad y ligereza. ¿Veremos a lo largo del 2011 algún ‘olvido’ más de la señora Cospedal?
Y es que, en el fondo, en algo sí que coincidimos, pues si nos atenemos a ciertos sinónimos de la palabra transparente, vemos que el diccionario recoge, entre otros, claro, entrever, adivinarse… Y nunca mejor dicho, porque está claro que las intenciones de la señora Cospedal pasan por llegar al poder sea como sea y traicionando los intereses comunes de los castellano-manchegos; se entrevé su estrategia del ‘cuanto peor, mejor’ e, igualmente, se adivina el boicot a todos los proyectos de desarrollo para Castilla-La Mancha.
En fin, sospecho que pese al nuevo año recién estrenado Cospedal habrá pedido ya un deseo: continuar e incluso incrementar su afán destructivo e irresponsable hacia esta tierra que tan solo ansía como un trofeo de poder. Deseo, triste deseo.