La pasada semana se celebró una reunión en la sede del Consejo Regulador “LA MANCHA” con el propósito de informar a las bodegas sobre el sistema de verificación y control de sus vinos (política de calidad) que se aplica a partir de esta campaña en base a la Norma Europea EN 45011, que afecta a las Denominaciones de Origen Protegidas.
Dicha reunión suscitó un gran interés, puesto que a ella acudieron más de 120 personas de casi 100 bodegas distintas, ya que a partir de esta cosecha el proceso de certificación de vinos ha cambiado drásticamente tal y como se dictamina en la normativa europea, que la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha plasma teniendo en cuenta nuestras propias particularidades.
De hecho, en la reunión también estuvieron presentes representantes de la Administración (Consejería de Agricultura) y expertos en la Norma EN 45011, que ayudaron a solventar algunas dudas a los asistentes.
Hay que tener en cuenta que los cambios son importantes, ya que las empresas de control e inspección para vinos con Denominación de Origen (el máximo nivel de calidad diferenciada que existe) deberán cumplir con lo dispuesto en la norma EN 45011, cuyas líneas básicas se basan, no ya en la certificación de partidas, sino de todo el proceso productivo de los vinos de la empresa, que es el que realmente se certifica.
Con esta premisa, la responsabilidad recae fundamentalmente en el productor, que ejerce un proceso de autocontrol sobre sus vinos que tiene que ser completamente acreditable y documentado, empezando por la trazabilidad, pero sin pasar por alto la aptitud físico-química (análisis de laboratorio) y organoléptica (tiene que haber sido calificado como apto por un panel de cata).
Una vez que la bodega siga fielmente el proceso de producción que ella misma se ha impuesto de acuerdo con lo dictaminado en las Normas de Producción de la Denominación de Origen “La Mancha”, podrá solicitar las tirillas al Consejo Regulador e iniciar la comercialización de vinos con D.O.
Además, las inspecciones de la empresa certificadora, en caso de mostrar disconformidades con el proceso de producción de una bodega, paralizarían la comercialización de sus vinos con D.O. hasta que solvente el problema detectado y pueda volver a poner su producción a la venta.
De hecho, el espíritu de la norma involucra de forma mucho más directa al productor, cuya responsabilidad hasta ahora estaba prácticamente delegada a otras instituciones.
Por otro lado, desde la Administración también comentaron que a partir de enero desaparece el documento 500, hasta ahora necesario para la exportación de vinos, y se sustituye por un proceso telemático con Hacienda, por lo que desde la Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha también están trabajando para que aprovechando que se rellena ese documento telemático, también se puedan introducir los datos referentes a las garantías de calidad del vino, sin que sea necesario acudir a las delegaciones de agricultura o la sede de la Interprofesión para visar los documentos.