José Bono evoca el trabajo de las generaciones anteriores en la varea del Olivo Milenario

El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono señaló que “ese esfuerzo es el principal responsable del bienestar actual de Castilla La Mancha”. El alcalde de Daimiel, José Díaz del Campo le agradeció su cercanía y en reconocimiento a su visita le entregó un bonsái de olivo.   

El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono culminó este domingo la octava edición de la Fiesta del Olivo con la simbólica varea del olivo milenario que preside la Plaza de España. El ex presidente castellano-manchego, ayudado por el alcalde de Daimiel, José Díaz del Campo se afanó en una tarea que, según indicó en su saludo, le recordó a su infancia en Salobre. Evocación a sus orígenes que le sirvió para valorar, “el esfuerzo de aquellos que ya no están, de aquellos abuelos y padres que no conocían las vacaciones entre la vendimia y la aceituna”. Generación y esfuerzo –añadió- que “es responsable de los avances y bienestar del que ahora disfrutamos en Castilla La Mancha”.  

Tras agradecer el cariño que siempre le han mostrado los daimieleños recalcó que a él no le supone ningún esfuerzo el contacto con la gente porque, entre otras cosas, esa confianza es la que le ha permitido ser lo que es. “Cuanto soy, os lo debo”, concluyo.  

Demostración de afecto que le devolvía el alcalde de Díaz del Campo, que definió a Bono “como el castellano-manchego que más ha creído en esta tierra”. Así, el primer edil daimieleño le pidió que, como ha hecho en tantas ocasiones, “volviera a arremangarse por lo suyos”.  

Antes de esa varea, Díaz del Campo le entregaba un bonsái de olivo que Bono confesó que añadiría a la colección que Felipe González le regaló después de salir de La Moncloa. Casi medio centenares de ejemplares que “se conservan en perfecto estado, no se ha secado ninguno”.

Concluido el acto, José Bono se despidió de los daimieleños, tras visitar el Mercado del Aceite y saludar a la asociación de vecinos de San Isidro, que cocinaron y repartieron gachas a los asistentes.  

De esta forma, se cerraba una Fiesta del Olivo que, con actividades para los niños, la actuación de la “Brassa Band”, la jornada de puertas abiertas del Museo Comarcal o el Mercado del Aceite que reunió a cinco cooperativas provinciales, buscó seguir potenciando y consolidando la imagen turística de Daimiel, en una época del año donde crece la demanda de turismo de interior.

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