Esta mañana nos encontramos en los medios de comunicación al Sr. concejal de Cultura, Turismo e Imagen de la Ciudad, para quien, la mayor noticia que nos podía ofrecer desde su concejalía, era el número de personas que “a su parecer” han visitado el Terri estos últimos meses.
De nuevo nos encontramos con el Sr. Concejal haciendo las cuentas del Gran Capitán, esas que tanto gustaba aplicar con los visitantes del Museo de la Minería y que ahora quiere llevar a cabo con los “visitantes” del Terri; ése en el que hemos gastado más de 6 millones de euros y cuyo dispendio ahora tienen que justificar de alguna manera, y en un nuevo intento de excusar la nefasta gestión que se lleva al frente de una concejalía, cuya labor en los últimos años ha consistido en deshacer por desidia, los pocos proyectos y actividades que se habían impulsado hasta ahora.
Entre otros recordemos que uno de éstos era el Concurso Morfológico, un concurso al que tanto esfuerzo económico y humano se había dedicado para su consolidación y que comenzaba a dar sus frutos; frutos que podían verse por la actividad comercial y hostelera que se estaba desarrollando a su sombra, y después de 5 años, de un plumazo y sin explicación alguna, se lo han cargado.
Y ¿Que hay de la Imagen de Puertollano?. Es lógico y necesario darla a conocer para fomentar lo que llamamos Turismo de Interior pues es un recurso más para el desarrollo de nuestra ciudad. Pues este año solo se ha acudido a una Feria de Turismo, a la Fitur, abandonando otras como Fercatur a la que desde el año pasado se dejó de ir a pesar de la importancia de la actividad cinegética de nuestra zona, o las Ferias especializadas en turismo de la minería a las que otros años acudimos y a las que también se ha renunciado a asistir.
Y que ahí del Festival del Blue-Jazz que a trancas y barrancas se iba desarrollando, hasta que los artitas reclamaron que se les pagase en tiempo y forma, a partir de ahí se acabó el Festival.
Y el último ejemplo por solo citar uno más de esta deriva hacia la nada, es el abandono de lo que se denominó el Museo al Aire Libre, presentado apenas dos años a bombo y platillo en la Fitur; un Museo que ya empezó con mal pie al estropear muchas de sus figuras al aplicar un barniz que les cambió el color original. Figuras que ahora si pasamos junto a ellas podemos ver como la corrosión va carcomiéndolas sin que el Sr. concejal mueva un dedo para remediarlo.